Sociedad
La moda de sacarse 'selfies' dispara la demanda de cirugía plástica
Los 'selfies' es un fenómeno digital que rápidamente se ha convertido en norma. Para salir bien en las autofotos, mucho recurren a la cirugía plástica, lo cual está incrementando ostensiblemente los ingresos de los especialistas.
Cualquier momento es bueno para un 'selfie', desde la ceremonia de los Óscar a los funerales de Nelson Mandela, donde se unieron en un comentado autorretrato el presidente de EE.UU., Barack Obama, la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, y el primer ministro británico, David Cameron.
Esta nueva moda, que parece haber rebasado todas las fronteras, se ha convertido en una adicción para muchos. Millones de personas a diario invaden el mundo virtual con interminables fotos tomadas a sí mismos. Los medios publican numerosas recomendaciones sobre cómo salir mejor en este tipo de instantáneas.
Como consecuencia, los ideales de 'belleza fácil', según los especialistas, se imponen en una sociedad de consumo y son reproducidos por los grandes medios de comunicación. Pero, a diferencia de las estrellas hay quienes se sienten incómodos al verse en este tipo de imágenes.
Para muchos este descontento con la apariencia física propia se ha traducido en una obsesión por la cirugía plástica. Sam Rizk, cirujano estadounidense y experto en rinoplastia, se sorprende por la cantidad de extrañas situaciones a las que se enfrenta habitualmente.
"Entran con sus iPhones y enseñan sus fotos diciendo 'mi nariz es demasiado grande, mis ojos están caídos, tengo la boca torcida, los dientes están en mal estado, mi cara está mal'", relata el médico explicando que los 'selfies' se toman a una distancia muy corta de un modo que la luz distorsiona la cara.
Según la Academia Norteamericana de Cirugía Plástica y Reconstructiva, que realizó un estudio en el que participaron unas 2.700 clínicas asociadas, uno de cada tres centros notó un aumento en las operaciones debido a la actitud de los pacientes respecto a su imagen. Es el 'boom' de la estética, que parece haber llegado para quedarse.
Esta nueva moda, que parece haber rebasado todas las fronteras, se ha convertido en una adicción para muchos. Millones de personas a diario invaden el mundo virtual con interminables fotos tomadas a sí mismos. Los medios publican numerosas recomendaciones sobre cómo salir mejor en este tipo de instantáneas.
Como consecuencia, los ideales de 'belleza fácil', según los especialistas, se imponen en una sociedad de consumo y son reproducidos por los grandes medios de comunicación. Pero, a diferencia de las estrellas hay quienes se sienten incómodos al verse en este tipo de imágenes.
Para muchos este descontento con la apariencia física propia se ha traducido en una obsesión por la cirugía plástica. Sam Rizk, cirujano estadounidense y experto en rinoplastia, se sorprende por la cantidad de extrañas situaciones a las que se enfrenta habitualmente.
"Entran con sus iPhones y enseñan sus fotos diciendo 'mi nariz es demasiado grande, mis ojos están caídos, tengo la boca torcida, los dientes están en mal estado, mi cara está mal'", relata el médico explicando que los 'selfies' se toman a una distancia muy corta de un modo que la luz distorsiona la cara.
Según la Academia Norteamericana de Cirugía Plástica y Reconstructiva, que realizó un estudio en el que participaron unas 2.700 clínicas asociadas, uno de cada tres centros notó un aumento en las operaciones debido a la actitud de los pacientes respecto a su imagen. Es el 'boom' de la estética, que parece haber llegado para quedarse.
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