La ONU lucha contra los abusos sexuales cometidos por sus empleados
La Organización de las Naciones Unidas lanzó un sitio web diseñado para solucionar el problema de la explotación sexual por parte de sus empleados y los de varias organizaciones no gubernamentales. El sitio se llama pseataskforce.org y tiene como lema "Protección del abuso y explotación sexual por nuestro propio personal". Contiene información para los empleados de esas organizaciones sobre cómo prevenir la explotación sexual y cómo actuar si salen a la luz casos de este tipo.
El problema surgió en 2002 cuando se reveló por primera vez que los ‘cascos azules’ que debían ayudar a los refugiados en África Occidental víctimas de conflictos bélicos, hambre y catástrofes naturales, abusaban sexualmente de ellos. Desde aquel momento, se conoció más de un escándalo relacionado con la cuestión.
Una sonrojante realidad para los 'cascos azules'
En septiembre de 2011 WikiLeaks publicó un cable informando de que soldados de la ONU en Costa de Marfil ofrecían a niñas comida o alojamiento a cambio de sexo. Según el cable, ocho de cada diez niñas de la ciudad de Toulepleu confirmaron, al ser preguntadas, que habían mantenido relaciones sexuales con 'cascos azules' de la ONU de origen beninense.
Asimismo, varios crímenes parecidos fueron cometidos por los miembros del cuerpo policial de la Misión de Paz (Minustah) en Haití, donde cinco marinos uruguayos integrantes de la misma fueron expulsados tras difundirse en Internet imágenes de vídeo en las que se burlaban de un joven haitiano. El chico estaba tumbado boca abajo en un colchón, mientras uno de los 'cascos azules' se colocaba detrás de él con el torso desnudo.
A la luz de estos acontecimientos, la ONU adoptó una política de rechazo rotundo de estas violaciones que arrojan una siniestra sombra sobre toda la organización. El subsecretario general para Operaciones de Paz de la ONU, el francés Hervé Ladsous, propuso a principios de febrero endurecer las sanciones que aplica el organismo internacional en los casos de abusos sexuales perpetrados por sus soldados.
La mayor dificultad de la lucha contra estos delitos en las filas de los ‘cascos azules’ consiste en que la ONU no puede castigar a los culpables, ya que esta es una prerrogativa del país que los mandó. Además, las víctimas no suelen quejarse de los abusos por miedo o vergüenza.