Bill Gates: Necesitamos una revolución del inodoro
“4 de cada 10 personas en el mundo no cuentan con un lugar seguro para defecar. ¡Son 2.600 millones!”, planteó el magnate el pasado 13 de agosto en la red social. No tardó en ofrecer una solución: “Es la hora de reinventar el retrete para que podamos satisfacer las necesidades de esos millones de personas que no tienen acceso a uno”.
Aparte de la campaña en Twitter, el magnate colgó también un mensaje especial en una página web dedicada a esta iniciativa que llama a acabar con los inodoros que necesitan una compleja infraestructura y cantidades inmensas de agua, y a diseñar aparatos innovadores que sean aptos para difundirse en los países más pobres.
El texto titulado ‘Por qué necesitamos una revolución de retretes’ y el video que lo acompaña acentúan que la falta de inodoros seguros es uno de los problemas más graves de los servicios sanitarios en el mundo. Insiste en que la mitad de camas en los hospitales en países en desarrollo están llenas debido a enfermedades que surgen debido a este déficit.
Según comentó en numerosas ocasiones Frank Rijsberman, director de programas sanitarios de la Fundación Gates, la situación más grave se da en los países de África, donde en algunas ciudades la gente suele usar como retrete una bolsa de plástico que luego tira a la calle. Según la cifra oficial, las enfermedades causadas por el contacto con excrementos, como las diarreas crónicas, provocan más muertes en los niños menores de cinco años que el sida y la malaria juntos. El déficit de retretes favorece también la propagación de epidemias como el cólera.
La campaña de Gates en internet es una parte de la promoción con la que el magnate apoya públicamente el proyecto de la Universidad de Manchester que está financiando. Se trata de un intento de diseñar un retrete de quinta generación capaz de convertir el agua utilizada en los inodoros en agua potable. Se adelanta que el aparato estará basado en una mezcla de bacterias y diminutas nanopartículas de metal que reaccionarán con el agua para extraer hidrógeno útil, mientras el resto se filtrará de nuevo para producir agua potable.
Los actuales planes de los diseñadores del aparato van mucho más allá de lo programado inicialmente. El mismo mensaje -‘Por qué necesitamos una revolución de retretes’- no solo habla de los inodoros que convertirán el agua utilizada en agua potable, sino que también invita a los internautas a ofrecer sus ideas para que los aparatos innovadores sean capaces, además, de reciclar los excrementos y transformarlos en fertilizantes y combustible ’verde’.