La madre estadounidense que devolvió a su hijo ruso adoptivo se niega a pagar la pensión alimenticia
Torry Hansen, de 35 años, ha apelado la sentencia condenatoria solicitando una ayuda para la manutención de su hijo adoptivo, declarando que está desempleada y carece de medios para afrontar el pago de los 1.000 dólares mensuales a los que ha sido condenada.
Su versión difiere ahora de la argumentada hace dos años cuando envió a Artiom Savéliev, de 7 años de edad, sin acompañante y en un vuelo desde Washington, de vuelta a su país de origen, junto con una nota explicativa de los motivos que la llevaban a tomar esta decisión. “Es cruel, desequilibrado psicológicamente y tiene serios problemas de conducta", declaraba Hansen.
Por su parte, la Asociación Mundial para Niños y Padres, quien instó en su día al Tribunal del Condado de Bedford (Tenesse) a investigar el comportamiento de la madre adoptiva de Artiom, señalaba que esta “ha infligido un severo daño emocional al menor que resultó abandonado dos veces, primero por sus padres biológicos y después por los adoptivos”.
El tema dejaba al descubierto la insuficiente regulación entre EE.UU. y Rusia sobre este tema, lo que suscitaba poco después la firma de un convenio bilateral en materia de adopción internacional de menores.