Sociedad
Hurón por caniche: Los inconvenientes de comprar perros de raza en Buenos Aires
Acabar comprando un hurón cuando lo que se desea adquirir es un caniche es el riesgo que corren los ingenuos visitantes de un mercado callejero en la capital de Argentina.
Un jubilado de Catamarca, seducido por el buen descuento que le ofrecían por un perro ´de casta´, terminó comprando lo que los argentinos llaman una ´rata brasileña´.
Al llevar a los dos cachorros al veterinario para su vacunación, las sospechas que le comenzaron a invadir se confirmaron. De hecho, había comprado dos hurones, a los que aparentemente les suministraban esteroides desde su nacimiento para que crecieran más de lo normal y les trababan su pelaje para que dieran más el pego como cachorros de caniche toy.
El anciano no ha sido la única víctima de este engaño. Una mujer compró en el mercado capitalino La Salada un chihuahua que también resultó ser un hurón, según la televisión local.
Los hurones cuestan solo 75 dólares, muy por debajo del precio de los caniches toy, que llegan a los 1.000 dólares en Estados Unidos.
Contrastando con algunos barrios adinerados de Buenos Aires, La Salada es un refugio de mercaderes migrantes ilegales, quienes para subsistir venden hurones haciéndolos pasar por perros a 150 dólares la unidad.
Al llevar a los dos cachorros al veterinario para su vacunación, las sospechas que le comenzaron a invadir se confirmaron. De hecho, había comprado dos hurones, a los que aparentemente les suministraban esteroides desde su nacimiento para que crecieran más de lo normal y les trababan su pelaje para que dieran más el pego como cachorros de caniche toy.
El anciano no ha sido la única víctima de este engaño. Una mujer compró en el mercado capitalino La Salada un chihuahua que también resultó ser un hurón, según la televisión local.
Los hurones cuestan solo 75 dólares, muy por debajo del precio de los caniches toy, que llegan a los 1.000 dólares en Estados Unidos.
Contrastando con algunos barrios adinerados de Buenos Aires, La Salada es un refugio de mercaderes migrantes ilegales, quienes para subsistir venden hurones haciéndolos pasar por perros a 150 dólares la unidad.
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