Grecia se la juega en el referéndum: Posibles consecuencias del triunfo del 'sí' y del 'no'

Los sondeos realizados por diarios locales reflejan que una mayoría de griegos, aunque con una ventaja muy reducida, está dispuesta a decir 'no' a las reformas europeas. Sin embargo, según una encuesta de sociólogos griegos, el 'sí' ganaría por un pequeño margen. 

Ante este escenario, los politólogos aventuran diversos desenlaces posibles de la situación griega. ¿Qué sucederá si los griegos dicen 'sí', y cómo responder a la UE, si la gente dice 'no'?

Posible escenario en caso de que gane el 'no':

Lo más probable es que el Gobierno simplemente quiera obtener el apoyo de la población, y luego usar esto como un argumento en una negociación con los europeos.

"He hablado con mis homólogos europeos y ellos también están un tanto desconcertados y no son capaces de predecir qué ocurriría después. ¿La salida de Grecia de la UE, la adopción de determinadas decisiones en el Consejo Europeo, u otras acciones de este tipo? Lo que pasa es que estos procedimientos no existen realmente", asegura Artiom Ulunyán, académico asociado principal del Instituto de Historia del Mundo, citado por el portal 'Business FM'.

"Por lo tanto, incluso si los griegos votan en desacuerdo con la Unión Europea, significa que habrá alguna otra fórmula. Lo más probable es que el Gobierno simplemente quiera obtener el apoyo de la población, y luego usar esto como un argumento en una negociación con los europeos. Y aquí no veo ninguna tragedia. Creo que los propios europeos todavía no saben cómo definir esta fórmula para alcanzar acuerdos con Grecia".

Las consecuencias de una eventual victoria del 'sí'

Tsipras puede renunciar sin haber firmado antes un nuevo acuerdo de préstamos con los acreedores y convocar elecciones anticipadas. La preparación de las elecciones llevará tres meses, un período de tiempo bastante largo

Si los griegos votan a favor de las reformas que propone Europa, en primer lugar todos los ojos se posarán sobre Atenas, más exactamente sobre la reacción del Gobierno. Tsipras ha dicho que en este caso podría dimitir, algo similar a lo que anunció el titular de Hacienda Yanis Varufakis, que dijo que dejaría su cargo. No es un hecho que el Gobierno vaya a renunciar, pero suponiendo que suceda, se convocarían nuevas elecciones parlamentarias para formar un nuevo Gobierno con el que la UE tendrá que renegociar. 

Pero esto llevaría varios meses, durante los cuales la calidad de vida de los griegos seguiría deteriorándose y con un interrogante en el horizonte: ¿quién ganará las elecciones? "Él [Tsipras] puede renunciar sin haber firmado antes un nuevo acuerdo de préstamos con los acreedores y convocar elecciones anticipadas. La preparación de las elecciones llevará tres meses, un período de tiempo bastante largo", advierte Yuri Kvashnin, Jefe de la sección de la Unión Europea del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia Rusa de las Ciencias. 

"[Las elecciones] se llevarían a cabo en septiembre u octubre, y no está muy claro quién las ganaría. Es probable que el partido Syriza, porque tiene el nivel más alto de aceptación. Es decir, de nuevo se estaría en una situación de 'zugzwang' [una posición de ajedrez en la que cualquier movimiento permitido supone empeorar su situación, y se está obligado a mover]", agregó.

Pero hay otro vector de desarrollo de la situación que no depende del resultado del referéndum. La sociedad griega está dividida, ya que la mitad apoya el duro plan anticrisis, y la otra mitad está en contra. Así que, gane quien gane, seguramente lo harán con una mínima diferencia.

Se puede deducir que Tsipras está buscando ante todo corroborar el mandato que le otorgó el pueblo griego, algo así como un voto de confianza. Pero incluso en caso de derrota, tendrá a su favor un argumento de peso, ya que el 49,99% de la población estaría apoyando su posición, porción del electorado cuya opinión no puede ser ignorada. 

El ministro de Finanzas Varufakis lo tiene un poco más complicado, ya que se comprometió a cortarse la mano antes que firmar un acuerdo de deuda no reestructurada. En todo caso, lo que parece claro es que la votación de este domingo tendrá a toda Europa en vilo y con los nervios alterados hasta que no se cuente el último voto.