Recientemente el colectivo extremista ha subordinado a dos grupos de milicias islamistas que controlan zonas limítrofes con Israel en los Altos del Golán (Siria) y en la península del Sinaí (Egipto). En un momento determinado puede aprovechar estas posiciones para lanzar un ataque coordinado, piensa el columnista Chriss Street.
En el Sinaí actúa la organización yihadista Ansar Bait al Maqdis, que reivindicó la autoría de varios atentados perpetrados en la península y en El Cairo. Anteriormente estaba asociada con Al Qaeda, pero este año sus cabecillas juraron lealtad al líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi.
Durante más de dos años la denominada Brigada de los Mártires de Al Yarmuk controló una zona aledaña a la frontera jordano-israelí en los Altos del Golán. Durante todo ese tiempo conservó su autonomía pese a una alianza con el Frente Al Nusra y en varias ocasiones apareció en los noticieros por haber tomado cascos azules de la ONU como rehenes.
A principios de diciembre sus cuarteles fueron atacados por sus exaliados, subsidiarios de Al Qaeda, pero lograron repeler el asalto. Acto seguido, los 'mártires' declararon su lealtad al Estado Islámico, alegando que el movimiento "ha sustituido a Al Qaeda como el futuro del islam".
Con todo, recuerda el periodista de Breitbart, el movimiento de Al Baghdadi está sujeto a críticas por parte de algunos representantes del extremismo árabe sunita 'tradicional' que no ven con buenos ojos que luche contra otros musulmanes en lugar de librar una guerra contra Israel. Un ataque coordinado contra Israel podría ser una jugada eficaz para elevar la popularidad del EI y atraer fondos y reclutas.
Después de que Al Yarmuk proclamara lealtad al EI, un oficial israelí citado por el periódico 'As Sharq Al Awsat' y varios medios libaneses dijo que, como respuesta, el Ejército de Israel se ha reagrupado y ha redoblado sus fuerzas en el sur de los Altos del Golán. También la Inteligencia israelí ha incrementado su en la zona.