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Café y bromas para salvar una vida: un rehén de los hermanos Kouachi cuenta su secuestro

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Michel Catalano, uno de los rehenes de la imprenta de las afueras de París al que los hermanos Kouachi tuvieron a punta de pistola, estuvo bromeando con ellos, ayudó a curarles una herida e incluso les hizo café. Todo ello con el fin de distraer a los terroristas para que no encontraran a su compañero de trabajo, que se escondía en una caja de cartón. Dijo que todo el rato pensó que iba a morir.

Al ver a través de la ventana de su oficina a los hombres más buscados de Francia, Michel Catalano, el propietario de la tipografía Création Tendance Découverte, pensó que iba a morir. "Ellos estaban de pie allí con un lanzacohetes y un rifle de asalto Kaláshnikov", contó al periódico 'Mail on Sunday' el empresario. Inmediatamente bajó las escaleras y le dijo a su colega, el diseñador gráfico Lilian Lepère, que se escondiera en una caja de cartón en la cocina del piso superior.

Para distraer a los hermanos Kouachi, Michel Catalano se ofreció a prepararles un café. Después, siguiendo las órdenes del hermano menor, Cherif, el empresario llamó a las fuerzas de seguridad para explicarles que estaba siendo retenido como rehén. Cuando los hermanos empezaron a buscar si había alguien más dentro del edificio, Catalano dijo que estaba solo; y trajo un botiquín de primeros auxilios cuando se dio cuenta de que el hermano mayor, Said, tenía una herida en el cuello.

"Seguí intentando hablar con ellos con el fin de mantenerlos distraídos para que no encontraran a Lilian", explicó el empresario. Después de vendar el cuello al terrorista, Catalano preguntó si podía salir del edificio y se lo permitieron.

"Me aterrorizaba pensar que podían descubrir a Lilian. Pero decidí que tendría más oportunidades de sobrevivir si no sabían que estaba allí y salí por la puerta principal", señaló el hombre. Catalano se quedó con la Policía el resto del día y el diseñador, de 27 años, siguió proporcionando a los agentes información desde la caja durante las siguientes seis horas. "No le encontraban, y esto me hacía muy feliz", confesó el empresario.

Tras el operativo de las fuerzas de seguridad francesas y la muerte de ambos terroristas, el joven diseñador fue liberado. Actualmente, está con su familia. Y Michel Catalano dijo al diario que lo único que quiere es volver a la normalidad y ocuparse de su imprenta. "La vida continúa", concluyó el hombre.

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