El tesorero del Estado Islámico, de origen egipcio, se unió al violento grupo que se proclamó califato entre 2012 y 2013. Fue uno de los 'expertos en finanzas' que ayudó al líder del EI, Abu Bakr al-Baghdadi, a recolectar recursos a través de la población, publica Infobae.
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También durante muchos meses, Abu Ubaidah al-Masri recaudó fondos a través de un mercado negro de petróleo en la región, aumentando así cada vez más la caja del califato.
Pero cuando se enteró de los riesgos existentes tras una serie de ataques aéreos de la coalición internacional, así como de la bajada de precio del crudo, comenzó a hacer transferencias secretas a cuentas en el exterior y pronto desapareció. Ahora, el paradero del 'funcionario' del EI más buscado es desconocido.