"Creo que lo que irrita a [la portavoz del Departamento de Estado] Psaki y, lo más importante, a sus jefes en el Gobierno de Estados Unidos es que los alemanes y los franceses hayan tomado la iniciativa. Se fueron a Moscú, se fueron a Kiev. Negociaron un acuerdo, y lo hicieron sin la participación de EE.UU. El periódico 'Bild' informó de que Jen Psaki aparentemente se quejó en el Consejo de Seguridad de Múnich a la delegación estadounidense, ridiculizando los esfuerzos de los alemanes en la búsqueda de la paz", dijo McAdams a RT.
"Así que está claro que EE.UU. no puede simplemente retroceder. No puede dar la espalda a esta operación que ellos mismos han lanzado. No pueden admitir que han hecho algo que no ha dado lugar a lo que prometieron", añade el experto.
Según sus palabras, el hecho de que el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, se negara a discutir en febrero la situación en Debáltsevo se debe a que no quería admitir que efectivamente había unos 5.000 o más soldados ucranianos atrapados allí. "La razón de que la lucha continuara allí es el resultado directo de la conducta de Poroshenko en las discusiones con los alemanes y los franceses", afirma McAdams.
En cuanto a Ucrania, el analista distingue un frente anglo-estadounidense y otro franco-alemán. "Tenemos el Reino Unido y EE.UU. por un lado, que no pueden retractarse de este desastre que han creado; y los franceses y los alemanes por otro lado, que consideran el conflicto ucraniano un problema grave en su patio trasero y tratan de encontrar una solución diplomática al problema", resume McAdams.