A raíz de una reciente tormenta invernal severa en la región, las autoridades israelíes abrieron las compuertas para descargar el agua acumulada en las presas. La acción israelí se realizó sin previo aviso, provocando crecidas de hasta tres metros de altura, informa la agencia Maan.
Las inundaciones no dejaron víctimas, pero perjudicaron seriamente a la agricultura y ganadería del sector. El temporal, que afecta desde hace días a la región, castigó en especial a los aproximadamente 110.000 palestinos que se quedaron sin hogar tras la ofensiva israelí de julio y agosto pasado.