"EE.UU. utiliza a Yemen contra Arabia Saudita, como utiliza a Ucrania contra Rusia"
Riad está en alerta por la crisis en Yemen, sobre todo ahora que tiene que utilizar su Ejército para contener al Estado Islámico, opina el experto en un artículo publicado en el portal 'Regnum'.
A su juicio, el reino saudita está considerando varias opciones para hacer frente a este problema, y una de ellas es la intervención militar.
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"La campaña yemení, que es imposible sin la participación de EE.UU., en última instancia resultará desastrosa para Arabia Saudita", afirma el analista.
"Otro foco de tensión en Oriente Medio requerirá aumentar aún más el gasto en defensa", que ya es alto, mientras que los sauditas no están dispuestos a "apretarse el cinturón", teniendo en cuenta que los precios del petróleo se mantienen bajos.
En opinión del politólogo, "el empeño de luchar contra cualquier fuerza que se asocie con Irán" ciega a Arabia Saudita, y no le deja ver que quizás los hutíes, que practican el islam en su forma más moderada, sean una fuente de estabilidad para Yemen, que de otra forma correría el riesgo de caer en las manos de Al Qaeda.
"Creo que no hay necesidad de explicar el impacto que esto tendría para los petroleros procedentes de Arabia Saudita", escribe Gasánov.
En cuanto a Washington, el verdadero objetivo de su estrategia en Yemen, en primer lugar, no es Irán, sino Arabia Saudita. "La dinastía de Al Saud, que a mediados del siglo XX se convirtió en la 'estrella polar' para el negocio petrolero estadounidense en Oriente Medio, ahora es un socio intratable", explica el publicista, agregando que para EE.UU., "Yemen juega el mismo papel en el derrocamiento de la dinastía saudita que se le asigna a Ucrania para socavar la estabilidad política en Rusia".
La Casa Blanca está preparada para los cambios en Oriente Medio, que afectarán a sus aliados regionales y que el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. describe como la "lucha de las generaciones", que "traerá a la región un cambio fundamental" mediante un proceso "explosivo, sobre todo en las sociedades donde está arraigado el extremismo religioso, donde las autoridades rechazan las reformas democráticas, explotan su economía y reprimen a la sociedad civil".
"Arabia Saudita corresponde a todos estos criterios", concluye Gasánov.
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