Un equipo de investigación dirigido por John Londesborough, del Centro de Investigación Técnica de Finlandia, ha abierto dos botellas de cerveza con 170 años de antigüedad encontradas en 2010 en el fondo del mar Báltico que procedían de un naufragio ocurrido cerca de las islas finlandesas Aland en la década de 1840. Los investigadores se han topado con una mezcla de olores maduros: extracto de levadura, sulfuro de dimetilo (similar al olor de la col), baquelita (un olor a pescado de plástico retro), goma quemada, queso de cabra demasiado maduro y azufre, informa el portal Live Science.
Según el equipo científico, estos desagradables olores son probablemente resultado de las bacterias que crecieron dentro de las botellas durante décadas, lo que eliminó los perfiles afrutados, de malta o lúpulo, que originalmente tenía la cerveza. En cuanto al sabor, no pudieron determinar el original con solo probarla, pero mediante análisis químicos establecieron que los compuestos de sabor derivados de la levadura eran similares a los de las cervezas modernas. Asimismo, la bebida tenía un color "amarillo dorado brillante, con poca neblina" que puede ser resultado de haberse diluido por el agua del mar en hasta un 30 por ciento.
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