Esta semana varias agencias de información internacionales revelaron que Turquía había detenido a un "espía extranjero" por ayudar a tres menores británicas a unirse al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria.
Después se ha sabido que el arrestado era el espía sirio Mohammed Mehmet Rashid, empleado de la embajada canadiense en la capital en Jordania Amán, informa el rotativo 'Ottawa Citizen', citando numerosos informes de los medios turcos. Canadá aún no ha rechazado oficialmente dichas acusaciones.
Según 'Ottawa Citizen', el detenido habría confesado que trabaja para la Inteligencia canadiense y que esperaba recibir la ciudadanía de dicho país. Estaba empleado en la embajada canadiense en Omán, también responsable por Irak, encabezada por el embajador Bruno Saccomani, que no es diplomático profesional, sino procedente de Policía Montada de Canadá y responsable de la seguridad del primer ministro canadiense Stephen Harper. Según el portal 'Global Research', entonces trabajó en estrecha relación con la agencia de Inteligencia canadiense (CSIS).
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En la computadora del espía detenido, aparte de fotos de las tres menores británica, fueron encontradas otras de pasaportes de al menos 17 personas más. Si se confirma su vinculación con la Inteligencia canadiense, resultaría, por paradójico que suene, que este país que forma parte de de la coalición internacional que bombardea al EI en Siria e Irak, participó en el reclutamiento de miembros, incluso menores de edad, para los yihadistas.
Finalmente, aún cuando se tratara de una operación para recabar datos sobre miembros del EI, o algo parecido, las leyes del propio Canadá prohíben hacerlo, según el rotativo, a lo que habría que añadir los aspectos éticos del asunto.