Los terroristas del Estado Islámico roban millones de dólares de los salarios destinados a los funcionarios iraquíes, informa 'The Wall Street Journal'. Según el autor del artículo, la suma que EE.UU. dona a Irak anualmente alcanza a centenares de millones de dólares, una parte va destinada a las fuerzas de seguridad locales y las operaciones antiterroristas. Se señala que EE.UU. e Irak están llevando a cabo una campaña conjunta, cuyo propósito es bloquear las fuentes de ingresos del EI.
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Como resultado, Washington se enfrenta a un difícil dilema: si deja de enviar una parte del dinero, evitando que los terroristas lo roben, miles de iraquíes inocentes sufrirán, lo que puede conllevar a una crisis humanitaria. Y si EE.UU. no interviene, los combatientes seguirán llevándose millones de dólares para comprar armas y fortalecer a Mosul.
Un portavoz del presidente estadounidense, Barack Obama, ha anunciado que la decisión respecto a una posible intervención de Washington en el asunto no está tomada.
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