Un empleado de Monsanto ha admitido públicamente que la empresa de transgénicos cuenta con un departamento encargado de "desacreditar" a los científicos que se oponen a sus productos y advierten sobre los posibles riesgos para la salud que llevan asociados. La revelación pone de manifiesto el peso político y financiero de Monsanto para presionar a los que hablan en su contra, afirma Christina Sarich en Natural Society.
En una reciente reunión integrada en su mayoría por estudiantes, uno de ellos preguntó qué hace la empresa para invalidar "la mala ciencia" que molesta a su trabajo. El empleado de Monsanto, William Moar, que da discursos sobre los productos de la empresa, tal vez olvidó en ese momento que el evento fue público, cuando reveló que Monsanto tiene "un departamento entero" que se dedica a "descreditar" la ciencia que no está de acuerdo con la suya", escribe la periodista.
Sarich opina que "en una sola frase formulada públicamente Moar ha admitido que la ciencia financiada por Monsanto es pura propaganda". Según la periodista, la compañía va a seguir desacreditando y devaluando las contribuciones de los organismos científicos internacionales de la OMS.
En marzo la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la OMS anunció que el glifosato, ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto, se "clasifica como posiblemente carcinógeno para los seres humanos".
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