La asociación entre Rusia y China, que ya ha alcanzado un nivel "estratégico", no abarca solamente los ámbitos de defensa o energía, como los grandes proyectos de petróleo o gas, sino también las inversiones, finanzas y alta tecnología, destaca en su nuevo artículo para la agencia Sputnik el periodista internacional Pepe Escobar.
De este modo, el proyecto de Pekín del renacimiento de la Gran Ruta de la Seda, que en el pasado vinculaba Asia con Europa, recibió el apoyo de Moscú durante la visita del canciller chino Wang Yi a la capital rusa. "Establecer un corredor económico trilateral [China-Mongolia-Rusia] es uno de los puntos clave del proyecto", declaró el funcionario.
En caso de ser realizada, la Ruta conectará China con la Unión Económica Euroasiática, liderada por Rusia. "Los dos países están destinados a establecer una zona de libre comercio. Se trata de una integración euroasiática", escribe Escobar.
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Por otra parte, está la cooperación económica. "Pekín y Moscú, junto con otros países del BRICS, avanzan de manera rápida hacia el objetivo de usar sus propias monedas en el comercio bilateral y estudian la creación de una alternativa al servicio del pago internacional SWIFT, al cual seguramente se unirán los países de la Unión Europea, que ya entraron el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII)".