Poco después de su lanzamiento, la nave espacial se enfrentó a ciertos problemas técnicos y entró en una órbita significativamente mayor de la prevista, lo que le impide, de momento, poder acoplarse a la Estación Espacial Internacional (EEI).
La nave ha realizado cuatro giros alrededor de la Tierra, pero hasta el momento no se ha logrado establecer contacto con la telemetría de la nave espacial. No obstante, los especialistas están intentando recuperar el control de la misma.
"Por el momento la nave está fuera de control y girando muy rápidamente alrededor de su eje: realiza cada giro en tan solo unos segundos", reveló una fuente en la industria espacial rusa a la agencia TASS. Por el momento el carguero no recibe señales del Centro de Control de Misión, mientras que la telemetría del Progress llega de forma intermitente.