Como nunca nadie lo vio: Un dron muestra un edificio destrozado tras la Batalla de Stalingrado
Las ruinas del Molino de Gerhardt, también conocido como Grudinin, es uno de los símbolos más convincentes de la ferocidad de las luchas durante la batalla de Stalingrado (el antiguo nombre de Volgogrado). Se trata de un molino de vapor de principios del siglo XX, destruido durante la famosa batalla crucial de la Segunda Guerra Mundial y nunca restaurado, en memoria de la guerra. El edificio, que estuvo rodeado durante 58 días por la batalla, soportó múltiples ataques de balas y bombas.
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Estos daños se ven incluso hoy en día: casi cada metro cuadrado de las paredes exteriores lleva huellas de las balas, obuses y astillas. Las vigas de hormigón armado en el techo están rotas por los bombardeos directos. El molino sobrevivió y no fue destruido totalmente gracias a la resistencia elevada, puesta inicialmente en la construcción, y la resistencia a la vibración del casco de hormigón armado, necesaria para el trabajo de su maquinaria industrial.
La batalla de Stalingrado se convirtió en un momento clave de la Segunda Guerra Mundial. Más de 100.000 soldados y oficiales del Sexto Ejército alemán, incluido el mariscal de campo Paulus, fueron tomados prisioneros. Tras perder esta batalla, las tropas alemanas perdieron la iniciativa estratégica por completo.