Aunque existen varias vacunas para tratar las cepas tradicionales de la fiebre tifoidea, la bacteria H58 contribuye a que esa enfermedad infecciosa se propague por el mundo, dado que es resistente a múltiples clases de fármacos, reza el reporte publicado en la revista 'Nature'.
La H58 está desplazando a otras cepas, transformando por completo la arquitectura genética de la enfermedad y creando una epidemia continua previamente poco atendida, la cual anualmente afecta a 30 millones de personas, subrayan los científicos.
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