El Congreso de EE.UU. ha decidido apoyar al presidente de EE.UU. Barack Obama en su esfuerzo para seguir negociando el Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio de Asociación Económica (TPP) con otros 11 países de Asia-Pacífico (Canadá, Australia, Brunei, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) con el objetivo de socavar el poderío de China en la región.
El Senado ha aprobado este viernes el llamado 'fast track', vía rápida para autorizar la negociación de los acuerdos comerciales internacionales, destinado en este caso a la aprobación del TPP. Ahora la ley para la vía rápida será remitida a la Cámara Baja, que tendrá que decidir sobre su aprobación.
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En caso de que el Congreso también apruebe la vía rápida, el presidente Obama podrá continuar con su propuesta del TPP sin que el Congreso pueda introducir cambios en la misma y sin que su proceso de sanción pueda bloquearse. No obstante, los medios estadounidenses prevén que en el Congreso el debate sobre la vía rápida será mucho más duro que el que ha tenido lugar en el Senado este viernes.
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Mientras Obama promueve el TPP, China se ha esforzado en neutralizar las posibles consecuencias negativas del acuerdo, según el portal 'Marketwatch'. Pekín ha intensificado la creación de nuevas zonas de libre comercio dentro del país (como la de Shanghái) con el objetivo de atraer más inversiones extranjeras a gran escala. A nivel internacional China ha puesto en marcha una importante iniciativa de libre comercio con la denominada 'Nueva Ruta de la Seda'. Además, China ha creado el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) para aumentar su influencia financiera en el mundo a través de préstamos.