Un documento de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de EE.UU., que fue secreto y posteriormente publicado por el grupo conservador de vigilancia gubernamental Judicial Watch, muestra que los gobiernos occidentales deliberadamente se aliaron con Al Qaeda y otros grupos extremistas islamistas para derrocar el régimen del presidente sirio Bashar al Assad, señala un artículo publicado en Insurge intelligence, un proyecto de periodismo de investigación estadounidense.
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El documento de 2012 revela que en coordinación con los Estados del Golfo y Turquía, Occidente patrocinó intencionadamente a grupos islamistas violentos para desestabilizar a Bashar al Assad. De acuerdo con esa documentación, el Pentágono previó el probable crecimiento del "Estado Islámico" como consecuencia directa de la estrategia, pero describió este resultado como una "oportunidad estratégica" para "aislar al régimen sirio".
Existe la posibilidad de establecer un principado salafista declarado o no en el este de Siria, y esto es exactamente lo que las fuerzas que apoyan la oposición quieren para aislar al régimen sirio
"El oeste, los países del Golfo y Turquía apoyan la oposición siria (…) Existe la posibilidad de establecer un principado salafista declarado o no en el este de Siria, y esto es exactamente lo que las fuerzas que apoyan la oposición quieren para aislar al régimen sirio", dice el documento.
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El medio señala que el documento del Pentágono, que ha sido secreto, ofrece una extraordinaria confirmación de que la coalición liderada por EE.UU., que actualmente está luchando contra el EI, hace tres años dio la bienvenida a la aparición de un "principado salafista" extremista en la región, como una manera de socavar a Bashar al Assad y bloquear la expansión estratégica de Irán. Irak en el documento está etiquetado como una parte integral de esta "expansión chiíta".