La Administración del presidente, Barack Obama, está sopesando una nueva estrategia en contra de Rusia, que puede convertirse en una versión actualizada de la política de contención durante Guerra Fría, informa el diario 'The Wall Street Journal'. EE.UU. ha decidido abandonar la 'política del reinicio', como llamó a la que desarrolló durante el primer mandato de Obama, y considera que a largo plazo Rusia no suavizará su política exterior pese a su presión.
La política de sanciones económicas a Rusia impuesta bajo la influencia de EE.UU. no funcionó, ya que afecta a su economía, pero no a su política exterior, reconoció secretario de Defensa de los EE.UU., Ashton Carter. No obstante, Obama planea seguir con las acciones, si bien prepara avances en dos direcciones más.
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La primera dirección pasa por aumentar la presencia militar estadounidense cerca de las fronteras rusas. El Pentágono está desarrollando planes para desplegar técnica estadounidense en Europa para usarla en caso de crisis o durante ejercicios militares. El despliegue de dicha técnica requerirá el aumento del personal militar de EE.UU. en la zona.
El pasado 5 de junio Ashton Carter congregó en la ciudad alemana de Stuttgart a varios altos cargos militares y embajadores de EE.UU. en países europeos para desarrollar una nueva estrategia en contra de Rusia. No obstante, hasta ahora Washington no quiere regresar a la práctica del emplazamiento permanente de su ejército en Europa, según el diario.
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Otra dirección pasa por interferir para buscar más influencia en los países de Europa de sur y Europa oriental que están más vinculados con Rusia bajo el pretexto de acabar con la corrupción y la imposición de instituciones democráticas. Mientras Georgia y Ucrania siguen sin ocasión de unirse a la OTAN, algunos militares de EE.UU. proponen incluir en la OTAN el país balcánico de Montenegro para demostrar al presidente ruso, Vladimir Putin, que no puede frenar la expansión de la OTAN, concenada por Moscú.
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