El pasado 7 de junio China llevó a cabo con éxito su cuarta prueba del misil hipersónico WU-14, capaz de llevar una carga nuclear. Se trata de un nuevo misil que puede volar a una velocidad de Mach 10, o 12.000 kilómetros por hora.
Lo destacado de esta prueba es que el misil por primera vez realizó "maniobras extremas", con el objetivo de evitar radares e interceptores.
A diferencia de los convencionales "vehículos de reentrada" que descienden a través de la atmósfera "siguiendo una trayectoria balística predecible", el WU-14 es "prácticamente inalcanzable para las defensas antimisiles convencionales, comentó Franz-Stefan Gady en su artículo en 'The Diplomat'.
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Un representante de la inteligencia estadounidense, citado por 'Washington Free Beacon', afirmó que el nuevo misil chino "amenaza con neutralizar las defensas antimisiles estratégicas de EE.UU. con su capacidad única de volar a velocidades extremas y maniobrar para evitar la detección y seguimiento por radares o interceptores".
Aunque la Agencia de Defensa Antimisiles del Pentágono ha rechazado comentar la última prueba china, un informe del Congreso publicado en noviembre pasado reconoció que los misiles hipersónicos chinos pueden dejar potencialmente obsoletos a los actuales sistemas de defensa estadounidenses.