"Hoy en día, casi nadie duda de que la influencia de Estados Unidos en Europa está disminuyendo, junto con el grado de participación del país en los asuntos de otras regiones del mundo", subrayó Anne Applebaum en su artículo publicado en 'The Washington Post'.
La influencia de EE.UU. en Europa está disminuyendo, junto con el grado de participación del país en los asuntos de otras regiones del mundo
La columnista se muestra convencida de que la decadencia de la influencia de Estados Unidos empezó con la guerra en Irak en 2003 durante el gobierno de la administración Bush, que desencadenó esa guerra. "Fue entonces cuando los países de Europa se dividieron entre apoyar la postura de EE.UU. o no. Además, los que entonces apoyaron a EE.UU. más tarde tuvieron que pagar un alto precio por ello", escribió Applebaum.
Sepa más: Expansión militar e injerencia en Europa: la nueva estrategia antirrusa de EE.UU.
Algunos analistas acusan al presidente Barack Obama de no defender su propia "línea roja" establecida en Siria y de la ausencia de una estrategia clara en la lucha contra el Estado Islámico, escribe la columnista. "Esto hace a muchos dudar de que él [Obama], en principio, esté interesado en la situación en Medio Oriente", subraya.
No estamos en 1979 y la reactivación del 'reaganismo' no funcionará
La misma división, según Applebaum, existe respecto a Rusia. Hay una discrepancia entre la línea dura de los líderes militares de la OTAN y el estado de ánimo optimista de la Casa Blanca, señala.
Si el actual o el próximo presidente de EE.UU. realmente quiere devolver al país el estatus de líder de Occidente, tendrá que iniciar una reforma radical de la OTAN y de todas las instituciones de la Alianza, para tratar finalmente con el legado de Bush y Obama, resume Applebaum.
"No estamos en 1979 y la reactivación de 'reaganismo' no funcionará: los aliados de Estados Unidos tratan la beligerancia de ese país con la misma sospecha que a su indecisión", subraya.