En una llamada telefónica, Obama dijo a Hollande: "Cumplimos la promesa que hicimos a nuestros homólogos franceses a finales de 2013 de que las comunicaciones del presidente francés no serían, ni entonces ni en el futuro, uno de nuestros objetivos", informa 'USA Today'.
Pero pese a las declaraciones del mandatario norteamericano, muchos políticos franceses se han pronunciado para cuestionar la amistad entre ambas naciones después de las últimas revelaciones de WikiLeaks.
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En el comunicado emitido por la oficina de Hollande después de la conversación, se dice que "el presidente Obama reiteró inequívocamente su firme compromiso de poner fin a las prácticas que puedan haber ocurrido en el pasado y que son inaceptables entre aliados."
El analista español Armando Fernández Steinko considera que la reacción francesa a las revelaciones de WikiLeaks es tímida en comparación con la que mostraría EE.UU.: "La cultura política norteamericana es bastante paranoica, en general. Esto lo han analizado los propios politólogos norteamericanos", dijo.
"Cuando se sienten atacados o cuando alguien puede ir contra ellos reaccionan de forma absolutamente desproporcionada, y no asignan a terceros países a los que ellos espían el derecho de tener una reacción similar", subrayó.
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Este 23 de junio el famoso sitio de filtraciones WikiLeaks inició una publicación de archivos que tituló 'Espionaje en el Eliseo'. WikiLeaks detalla que los documentos dejan al descubierto que la NSA interceptó las comunicaciones del actual presidente francés, François Hollande, de Nicolas Sarkozy (presidente entre 2007 y 2012) y de Jacques Chirac (1995–2007).