De las cinco mayores campañas militares, solo la Guerra del Golfo de 1991 resultó en una victoria para Washington, pero perdió en Vietnam, Irak, Corea y Afganistán, asegura el politólogo del FPRI, Mark Moyar, en su artículo del diario 'The Wall Street Journal'.
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"La era de las victorias militares decisivas terminó en 1945 debido a que EE.UU. se convirtió en la potencia mundial y requería de su participación en varios conflictos no convencionales y guerras civiles. En estas guerras hasta los oponentes más débiles derribaron repetidamente al Ejército estadounidense a la lona, al estilo del judo", agregó Moyar.
Según el politólogo, las guerras civiles y guerras de guerrillas tienen "grandes probabilidades de terminar en un fracaso para el 'tío Sam', como ocurrió en Filipinas, El Salvador y Colombia, donde EE.UU. apoyó a los eventuales vencedores, pero que no tuvieron éxito debido a que no se desplegaron tropas en el terreno de combate como se hizo en Vietnam e Irak", considera el experto.
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"Pero el hecho de que Washington no pudo ganar esas guerras no significa que fueran imposibles de ganar. Los errores de dirigentes, pérdida de voluntad o la ingenuidad de los enemigos jugaron un papel decisivo en el resultado final", señaló el miembro del FPRI.