Cientos de miles de británicos fueron objeto de simulacros de ataques químicos y biológicos en más de 750 operaciones secretas, para las que se utilizaron 4.700 kilogramos de sulfuro de zinc-cadmio dispersado desde aviones, barcos y vehículos entre 1953 y 1964, informa el portal 'Daily Mail'.
En sus investigaciones, el profesor Ulf Schmidt, académico de la Universidad de Kent (Reino Unido), descubrió que los pasajeros del metro de Londres también fueron sometidos a las pruebas secretas, efectuadas por científicos de la polémica base de investigación militar del Gobierno ubicada en Wiltshire.
Según Schmidt, en mayo de 1964, en el sistema de transporte subterráneo de la capital británica se lanzaron grandes cantidades de la bacteria Bacillus globigii, que puede causar intoxicación, fiebre y septicemia en las personas afectadas.
Hasta ahora se pensaba que estos 'simulacros' habían sido mucho menos extensos, pero los estudios del académico aseguran que incluso un avión militar dejó caer miles de kilogramos de una sustancia química potencialmente peligrosa sobre áreas residenciales de varias ciudades. También en aguas del canal de la Mancha y del mar del Norte.
Asimismo, se ha descubierto que más de 21.000 soldados británicos fueron utilizados como "conejillos de indias" en experimentos secretos con sustancias químicas a cambio de incentivos, pero a los militares les hicieron creer que estaban participando en ensayos de medicamentos, señala la publicación.