El pasado 1 de julio EE.UU. realizó con éxito una prueba de su bomba nuclear B61-12. La misma fue lanzada sin ojiva desde el caza F-15E en el estado de Nevada, en el marco de la modernización de dicha arma, que fue creada en los años 60 del siglo pasado. Al mismo tiempo, durante 2015 Washington tiene previsto realizar dos pruebas más de la bomba para comenzar la producción de su duodécima modernización a partir de 2020.
Algunos expertos opinan que la prueba de la B61-12 forma parte de la modernización del arsenal nuclear norteamericano desplegado en Europa. De este modo, el experto militar Ígor Korotchenko recuerda que actualmente varios países europeos albergan en su territorio armas nucleares tácticas de EE.UU. "A través de esta prueba EE.UU. moderniza sus capacidades de realizar un ataque nuclear contra un potencial enemigo en el caso de una guerra real. En todas las últimas maniobras de la OTAN estuvo previsto un simulacro de ataque contra Rusia, entre otros objetivos", sostiene el experto en una entrevista para RIA Novosti.
EE.UU. moderniza su arsenal nuclear y Rusia debería hacer lo mismo
La misma opinión la comparte el presidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, Konstantín Sivkov: "EE.UU. realiza maniobras con el fin de estar preparado ante un posible ataque preventivo contra las fuerzas nucleares rusas. Washington continúa con la modernización de su arsenal nuclear táctico y eso significa que Moscú debería hacer lo mismo". La duodécima modificación del B-61 se destaca por una mejor aerodinámica y su sistema de seguridad, y permite realizar una "explosión garantizada", destacó el experto.
A su vez, Rusia calificó de una "acción abiertamente provocativa" la prueba de la bomba nuclear por parte de EE.UU., que "va en contra de las declaraciones de Washington sobre el desarme nuclear completo". "El caza F-15E fue el portador de la bomba en la prueba, lo que hace pensar que se realizó con el fin de desarrollar la posibilidad de utilizar dicha arma desde esas aeronaves desplegadas en Europa", declaró el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antónov.