El informe, publicado por 'The Guardian', fue elaborado por un investigador privado en 2010 y se había manteniendo en secreto, pero fue descubierto recientemente por el Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California en Berkeley.
Según el dosier, Pekín creía que casinos de Macao pertenecientes al multimillonario y financiador del Partido Republicano de EE.UU., Sheldon Adelson, estaban trabajando en connivencia con la CIA y el FBI, para observar a funcionarios chinos corruptos que utilizaban dinero público en los juegos de azar.
En los círculos del Gobierno chino había la sospecha de que Estados Unidos se involucraría más en la política local de Macao, si se permitía presencia diplomática en la región
"Según los datos de la Agencia Central de Inteligencia Interior de China, cada año funcionarios gubernamentales chinos dejan aproximadamente 2.000 millones de dólares en los casinos de Macao", se dice en el informe. Lo que provocaba preocupación entre las autoridades chinas, conforme a la documentación secreta, es que los funcionarios gubernamentales que perdían mucho y se endeudaban para poder jugar pudieran ser presionados y reclutados por los servicios de inteligencia de EE.UU.
"Los chinos vieron esto como parte de un esfuerzo de Estados Unidos para influir en los acontecimientos en Macao", comenta el autor del dosier. Según el informe, Pekín se negó a permitir que EE.UU. abriera un consulado en Macao, ya que lo consideró como un intento estadounidense de interferir en la política local.
"En los círculos del Gobierno chino había la sospecha de que Estados Unidos se involucraría más en la política local de Macao, si se permitía presencia diplomática en la región".
El autor anónimo del dosier, señala que tiene fuentes de información muy influyentes, incluyendo a tres funcionarios de Pekín encargados de la supervisión de los asuntos de Macao y Hong Kong, dos personas del Ministerio de Relaciones Exteriores de China y poderosos hombres de negocios chinos.