El magnate Donald Trump sigue basando su carrera hacia la presidencia de EE.UU. en la retórica antiinmigrantes, lo que, al parecer, le granjea simpatías entre numerosos electores republicanos. En su última ocurrencia el republicano anuncia que si llegara a la Casa Blanca extraditaría a todos los inmigrantes ilegales de EE.UU. que, según algunas estimaciones, son 11 millones de personas y luego volver a invitar a algunos de ellos. Pero solo a los "buenos" y únicamente de manera legal. Así lo explicó en una entrevista a CNN.
Tengo un gran corazón
Pero la postura de Trump carece de detalles concretos. Primero dijo que quiere que todos los inmigrantes "malos" regresen a sus países, no solo aquellos que "saturan" las cárceles estadounidenses. Después agregó que "expulsaría a la gente y luego los haría regresar de manera acelerada para que sus estatus fuera legal". Pero hasta ahora no sabe ni cómo buscará a la gente "mala" ni cómo será la ley que permita invitar a los inmigrantes de nuevo.
"Tengo un gran corazón", aseguró Trump, antes de agregar que "ama la inmigración". "Hay muchos trabajos que los ciudadanos de EE.UU. no quieren hacer", reconoció. Al referirse al estatus legal de los inmigrantes el republicano rechazó rotundamente que se les conceda la ciudadanía.
Según la última encuesta llevada a cabo por la agencia Reuters de forma conjunta con la consultora Ipsos, Donald Trump lidera la carrera a la nominación de los republicanos a las elecciones presidenciales de EE.UU. Un 25% de los encuestados votaría por Trump, mientras el segundo candidato republicano más popular, Jeb Bush, se llevaría solo el 12% de los votos. El analista Pedro González Munné explica que Trump se ganó la confianza del los encuestados, porque el Partido Republicano está radicalizando su postura.