Incluso en la actual difícil situación política EE.UU. y Rusia siguen cooperando estrechamente en diferentes sectores como el espacial o política internacional, que ayudó para concretar el histórico acuerdo nuclear con Irán, y es por eso que Occidente debe aprender a tener en cuenta los intereses de Moscú, sugiere el analista político y columnista del 'Daily Times', Jonathan Power.
"En 2014 Rusia, Francia y Alemania, con el consentimiento de la oposición ucraniana, elaboraron un acuerdo para que [el derrocado presidente Víctor] Yanukovich convocara a elecciones anticipadas, pero Occidente olvidó rápidamente ese pacto. EE.UU. y otros países apoyaron las revueltas que derrocaron a Yanukovich, en lugar de exigir el cumplimiento del acuerdo. No es de extrañar que esto molestó a Putin", comenta Power.
Según el analista, las diferencias entre Rusia y Occidente se deben a la errónea percepción de los líderes occidentales sobre Moscú. Por ejemplo, en 2011, "Rusia, con el fin de proteger a los civiles, se abstuvo de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que autorizó una iniciativa occidental para iniciar la intervención militar en Libia. Las potencias occidentales fueron mucho más allá de su mandato y derrocaron a Muammar Gaddafi, provocando el actual caos" que vive ese país, agregó.
Por estas y otras razones más, Moscú "sintió que había sido traicionada, y de hecho tenía razón. Rusia responde a las políticas y acciones de Occidente, que siempre hace el primer movimiento en el tablero de ajedrez", concluye Power.