El 8 de agosto de 2008, el Ejército georgiano lanzó una ofensiva militar contra Osetia del Sur, matando a muchos civiles, así como a las fuerzas de paz rusas, que de conformidad con un mandato de la ONU habían sido enviadas allí para asegurar la paz, dando inicio a un conflicto de cinco días. Sin embargo, Rusia fue condenada en los medios occidentales por el comienzo de las hostilidades.
"Todo fue premeditado por los georgianos en colaboración con las agencias de inteligencia occidentales. No decidieron atacar Osetia del Sur por su propia cuenta", dijo Summers en una entrevista a RT.
Según el comentarista, "la inteligencia rusa sabía que algo se estaba planeado y estaba preparada para el inicio de la agresión", por lo que la ofensiva "fue tratada con firmeza y de forma rápida y la guerra terminó con bastante rapidez". La reacción exitosa de Rusia y de Osetia del Sur "dio a Occidente la sensación de que tenía que justificar lo que había sucedido, pero en realidad no pudo hacerlo".
Todo fue premeditado por los georgianos en colaboración con las agencias de inteligencia occidentales
"En muchos aspectos, lo que ocurrió en el 2008 fue en realidad un ensayo de lo que hemos visto en Ucrania en los últimos años. En aquella etapa, los neoconservadores estadounidenses, que estaban llamando a una confrontación con Rusia en el Cáucaso, consiguieron quemarse los dedos y deberían haber aprendido la lección de ello", afirmó el periodista británico.
Uno de los principales protagonistas de aquel conflicto, el entonces presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, fue acusado en su propio país de varios delitos contra el Estado cometidos durante su presidencia, entre ellos malversación de fondos, y tuvo que exiliarse primero en Occidente y luego en Ucrania, donde hace pocos meses fue designado gobernador de la provincia de Odesa.
Actualmente, Georgia tiene "un liderazgo mucho más racional que persigue una política independiente". Por lo tanto, Summers opina que "es también otra lección para los neoconservadores en Occidente que consiste en que sus revoluciones de colores, como la Revolución de las Rosas que llevó a Saakashvili al poder, pueden ser revertidas".