El presidente de México Enrique Peña Nieto gastó en su campaña electoral 13 veces más de lo que permiten las leyes. Esa es la conclusión final a la que ha llegado la comisión especial que investiga el llamado caso Monex, formada por diputados mexicanos de partidos opositores: el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En 2012 Peña Nieto encabezó la coalición formada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para las elecciones presidenciales, y gastó en total casi 4.600 millones de pesos mexicanos (más de 283 millones de dólares), cita el informe Aristegui Noticias. Sin embargo, el Instituto Federal Electoral (IFE) había establecido el límite máximo en poco más de 336 millones de pesos (más de 20,5 millones de dólares).
La comisión denunció además la opaca procedencia de estos recursos, ya que fueron fondeados por medio del grupo financiero Monex, así como de otras 35 "empresas fantasma" cuyos recursos se desconoce de donde provienen. Dichas empresas capitalizaron miles de tarjetas de plástico que la coalición repartió entre los electores. Además, el PRI contrató a los bancos Santander y Bancomer con el mismo objetivo.
Según la comisión, el PRI nunca reportó estos gastos excesivos de procedencia dudosa, y ni la Procuraduría General de la República (PGR), ni el IFE y el Instituto Nacional Electoral que le sucedió investigaron debidamente el caso. Si las autoridades electorales siguen sin limitar los gastos de los partidos "en las siguientes elecciones continuará la compra de presidencias municipales, diputaciones, senadurías y, por supuesto, de la Presidencia de la República", cita 'La Jornada' en informe de la comisión.