¿Qué y dónde?
Es la quinta vez a lo largo de la última década, y la segunda en lo que va de 2015, en que Moscú y Pekín realizan ejercicios navales conjuntos, calcula Guy Taylor, periodista de 'Washington Times'.
Las maniobras anteriores tuvieron lugar en mayo en el Mediterráneo, y las actuales se desarrollan en el Pacífico. Más en concreto, en el golfo de Pedro el Grande, el mayor entrante del mar de Japón, situado en la costa del Oriente Lejano ruso.
Según la agencia estatal china de noticias Xinhua, Pekín está representado por un total de siete naves, entre dos destructores, dos fragatas, un buque anfibio, una lancha de desembarco y un buque de apoyo. A esto se suman seis helicópteros de a bordo, cinco aviones de combate, 21 vehículos anfibios y 200 infantes de Marina.
Por la parte rusa, a su vez, participan 16 naves, entre buques de guerra y buques de apoyo, dos submarinos, 10 aviones de combate, dos helicópteros de a bordo, nueve vehículos de desembarco y 200 infantes de Marina. Los ejercicios prevén entrenamientos en defensa aérea, simulacros de guerra antisubmarina y de guerra de superficie, incluidas misiones del desembarco conjunto de las tropas, comunicó el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Yang Yujun, según recoge 'Business Insider'.
Son las mayores maniobras navales en la historia de las relaciones ruso-chinas, sostiene 'Washington Times', y puntualiza que debido al evento la Armada de EE.UU. está "en alerta".
¿Por qué y para qué?: motivos 'superficiales'
El propósito clave de los ejercicios es "mejorar la capacidad de hacer frente de forma conjunta a las amenazas de seguridad marítima", comentó Yang. En la misma declaración, el portavoz chino de Defensa expresó su preocupación por los intentos de EE.UU. de militarizar el mar de la China Meridional, vecino al escenario de las maniobras, el mar del Japón.
"La parte estadounidense distorsiona los hechos y usa el pretexto de la amenaza militar de China para sembrar la discordia entre China y otras naciones del litoral en el mar de la China Meridional", sostuvo Yang en una evidente alusión a la disputa que Pekín tiene con Filipinas, Vietnam y Malasia sobre la soberanía de las islas Spratly y al apoyo político que Washington presta a los adversarios de China en el conflicto.
"Los ejercicios podrían alarmar especialmente a Tokio", no tardó en anunciar, a su vez, el diario nipón 'Japan Times'. Japón mantiene una disputa con China por las islas Senkaku (Diaoyu), situadas en el mar de la China Oriental.
Por su parte, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, negó que el hecho de que Moscú realice ejercicios comunes con Pekín en el Pacífico signifique que apoye sus ambiciones territoriales en la zona.
Cualquier tipo de disputa en cualquier mar debe ser solucionada en el marco del derecho internacional por los participantes directos en la disputa, sin intervención exterior alguna, insistió Lavrov en una entrevista a la cadena News Asia citada por la agencia RIA Novosti. Puntualizó además que no es serio atribuir a este problema un carácter más global.
¿Por qué y para qué?: motivos 'subyacentes'
La cooperación militar entre Rusia y China tiene un gran potencial y desarrollarla en todas las direcciones posibles es una prioridad para Moscú, comunicó el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, ya en 2014, en una reunión con su homólogo chino, Chang Wanquan.
"Es tanto un factor de seguridad para los dos Estados como una contribución a garantizar la paz y estabilidad en todo el continente euroasiático y más allá", subrayó entonces el ministro, según recogía el diario 'Moskovski Komsomólets'. En aquella ocasión admitió que el motivo clave de la intensificación de las maniobras navales conjuntas con Pekín era la política de Washington. Shoigú comentó que en el marco de su reunión Wanquan y él coincidieron a la hora de expresar su preocupación "por los intentos de EE.UU. de reforzar su influencia en Asia-Pacífico".
"Ningún país tiene un seguro contra las revoluciones de color. A primera vista parece que las revoluciones de colores —estos experimentos de los tecnólogos políticos de Occidente, EE.UU. incluido— se realizan en un lugar remoto, muy lejos de China o Rusia. Pero en realidad a nosotros también nos afecta. Creemos que nuestros países deben trabajar juntos para hacer frente a este nuevo desafío a la seguridad de nuestras naciones", comentaba, a su vez, el viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antónov, según recogía el diario 'Vzgliad' en noviembre del año pasado.
Los ejercicios navales ruso-chinos en el Pacífico arrancan en medio de las maniobras de las tropas aerotransportadas, las mayores desde el final de la Guerra Fría, que la OTAN realiza en Europa con la participación de unos 4.800 militares.