Abdulá Kurdi, un kurdo sirio que ha pasado los últimos tres años de su vida en Turquía tras huir del conflicto sirio, admite que ya no tiene ningún deseo de volver a intentar entrar en Europa.
El hombre relata que el capitán del barco que lo trasladaba a él y a su familia por aguas del mar Egeo para entrar ilegalmente en la isla griega de Kos saltó al agua al poco de abandonar la costa turca víctima del pánico por el oleaje.
"Asumí el timón, pero las olas eran tan altas que el barco volcó. Abracé a mi mujer y mis niños y me di cuenta de que estaban muertos", afirmó Kurdi en una entrevista con AP.
Aylan, de tres años, Galip, de cinco, y su madre, Rehan, se encuentran entre las al menos 12 personas que se ahogaron este miércoles frente a Akyarlar, un puerto situado en el sudoeste de Turquía.
La foto de Aylan boca abajo en la orilla de la playa ha provocado en las redes sociales una tensa y emotiva discusión sobre el destino de los inmigrantes.
Muchos afirman que esta tragedia debe ser vista y escuchada por toda la sociedad internacional, en parte responsable del drama sirio.
"Mis niños fueron los más bellos y maravillosos del mundo. Lo único que quiero hacer ahora es sentarme en la tumba de mis niños y mi mujer", dijo Abdulá hablando al otro lado de la morgue.