Conozca la misión secreta que frustró los planes atómicos de los nazis
La noche del 27 de febrero de 1943, un grupo de diez comandos noruegos se desplazó hasta la fábrica Norsk Hydro, que los alemanes utilizaban para producir agua pesada, un componente clave para el desarrollo de los reactores y las bombas nucleares.
Su objetivo —infiltrarse en la fábrica y dinamitar la instalación— parecía casi imposible. Para empezar, la planta estaba rodeada por un profundo barranco con un solo puente fuertemente vigilado. Además, justo después de había dos vallas y se creía que toda la zona estaba minada, por no mencionar a las patrullas de vigilancia.
Para colomo, el lugar estaba cubierto por una gruesa capa de nieve y algunos de los miembros del equipo se encontraban agotados.
Para conseguir su objetivo, los comandos tuvieron que superar todos estos obstáculos, empezando por cruzar el barranco helado, de donde salieron empapados.
Otro de los problemas fue descubrir que una de las puertas de la planta, que tenía que haber dejado abierta un hombre infiltrado, estaba cerrada, con lo cual tuvieron que entrar a través de un estrecho compartimento de cables.
Una vez dentro, neutralizaron a un centinela para, por fin, colocar los explosivos. "Sonaron como si dos o tres coches se hubieran estrellado en Piccadilly Circus", recordaba después Jens Poulsson, uno de los participantes de la misión, según cita el portal.
Los cilindros con agua pesada se destruyeron con éxito, causaron pérdidas irrecuperables a los nazis y permitieron bloquear por un tiempo la actividad de la planta.
El equipo salió de Norsk Hydro y comenzó un complicado camino de escape esquiando hacia Suecia, evadiendo a los grupos de búsqueda nazis durante todo el camino.
La Alemania nazi nunca logró desarrollar armas atómicas.