"La limitación del tráfico ilegal de bienes culturales tiene que convertirse en una prioridad, ya que esta actividad, junto al tráfico de droga y armas y la trata de personas, proporciona fondos financieros a los extremistas, quienes han privado de sus hogares a miles de personas en Siria e Irak", subrayó Bokova, informa TASS.
Según los datos de la organización, los restos arqueológicos de Siria se saquean a nivel industrial. Actualmente, en el "mercado negro" se nota una gran afluencia de artículos de valor histórico de Oriente Próximo.
Además, la directora general de UNESCO se refirió a la destrucción del templo de Bel en Palmira, Siria, como "un crimen intolerable contra la civilización".
Palmira, una ciudad antigua fundada en el desierto de Siria, sufrió la misma suerte que las ciudades iraquíes de Ashur, Nimrud y Hatra, que fueron saqueadas y destruidas por los terroristas.