La ministra de Defensa noruega, Ine Eriksen Soereide, declaró que su país está preocupado por lo que llama una "proyección evidente de poder" por parte de Rusia en la región del Mar Báltico, donde los vuelos militares rusos se triplicaron desde 2013 hasta 2014, informó Reuters.
La ministra aseguró que Noruega, que comparte una pequeña frontera con Rusia en el Ártico, mantiene una estrecha vigilancia sobre las actividades rusas en la región y teme "una clara demostración de la fuerza".
Las autoridades noruegas tienen previsto recibir los primeros F-35 en 2017 y, tras entrenar sus pilotos, tener la flota operativa en 2019.
Sin embargo, varios expertos destacaron los numerosos defectos de esta aeronave y la colocan por debajo de los cazas de cuarta generación, como el F-16 y F-15 estadounidenses, los MiG-29 y Su-27 rusos y otros aviones más avanzados.
Por su parte, el comandante de la Fuerza Aérea rusa, el coronel-general Viktor Bóndarev, señaló a RIA Novosti que las informaciones de los países de la OTAN sobre el aumento de la actividad de los aviones de combate rusos sirven para distraer la atención y no concentrarse en la agrupación de fuerzas que está realizando la alianza atlántica cerca de las fronteras con Rusia.