"El Gobierno permitió el año pasado la entrada en EE.UU. de 1.519 extranjeros inadmisibles, implicados en terrorismo", señaló la organización no gubernamental estadounidense.
Los datos obtenidos del Departamento de Seguridad Nacional y del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, han revelado que más de la mitad de aquellos que obtuvieron permisos de residencia, principalmente en el estatus de refugiados, habían proporcionado apoyo material a grupos terroristas.
Los otros habían tomado un curso de entrenamiento paramilitar en una organización terrorista, facilitado voluntariamente asistencia médica a miembros de un grupo terrorista y solicitado fondos o individuos para membrecía en tal organización.
"Tras una revisión caso a caso, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, concluyó que los terroristas admitidos solamente habían participado en dichas actividades bajo coerción", indica Judicial Watch.
La política para permitir a sospechosos terroristas poner pie en suelo estadounidense comenzó el año pasado, cuando el gobierno de Barack Obama alteró la Ley sobre la Inmigración y Nacionalidad.
Como resultado se abolió el enfoque de tolerancia cero hacia aquellos vinculados al apoyo material al terrorismo si el Gobierno consideraba que no representaban una amenaza.