Este movimiento hacia una postura un poco más enérgica se daría después de las conversaciones que el presidente de China, Xi Jinping, y el presidente estadounidense, Barack Obama, mantuvieron en Washington el mes pasado, sugiere un artículo analítico de la revista 'Foreign Policy'.
La decisión final no se ha tomado todavía, pero la Administración de Obama está fuertemente inclinada a proyectar su poderío militar en aquella zona, después de que China se opusiera a poner fin a la recuperación de tierras y a la construcción de instalaciones militares en este mar, recalca la revista citando fuentes anónimas de la Administración de Obama y del Pentágono.
"No es una cuestión de sí o no, sino de cuándo", dijo un funcionario del Departamento de Defensa citado por FP.
Es muy probable que tal medida suponga un aumento de tensiones con China, pero funcionarios estadounidenses han concluido que si no navegan ni vuelan cerca de los puestos de avanzada del Ejército chino enviarán la señal equivocada de que Washington tácitamente acepta las reivindicaciones territoriales de Pekín.
Cuando la escala sin precedentes de la recuperación de tierras por parte de China salió a la luz a principios de este año, el secretario de Defensa, Ashton Carter, ordenó a los comandantes estadounidenses elaborar posibles medidas contra estas acciones de Pekín en el mar de la China Meridional, una ruta de tránsito marítimo de importancia mundial.
Sin embargo, las patrullas de buques de guerra de la Marina estadounidense podrían suponer que aumentarían los encuentros cercanos entre buques y aeronaves estadounidenses y chinos, haciendo crecer también el riesgo de una posible colisión o incidente.