"Hay varios campos operados por el Estado Islámico que entrenan a gente proveniente de Asia Central y algunas regiones de Rusia. Hablan ruso allí", ha declarado Zamir Kabulov, representante especial del presidente ruso para Afganistán.
El alto diplomático ha agregado que hay una gran variedad de nacionalidades entre los instructores de estos campos. "Hay árabes, pakistaníes e incluso personas con ciudadanía estadounidense y británica", afirma.
Los servicios de inteligencia rusos estiman en 3.500 el número de militantes del Estado Islámico en Afganistán que han jurado lealtad al grupo basado en Siria e Irak, sostiene Kabulov, indicando que esa cifra sigue creciendo. "El aumento del Estado Islámico en Afganistán es una amenaza de alta prioridad. Solo piensen en ello: [el Estado Islámico] apareció en Afganistán hace apenas un año y ahora cuenta con 3.500 combatientes, más sus partidarios, que pueden ser reclutados en las filas de los militantes", añade.
En total, hay 50.000 combatientes pertenecientes a más de 4.000 grupos militantes en Afganistán, ha remarcado el jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso, Valery Gerasimov, en la misma conferencia celebrada en Moscú y dirigida a exponer la situación de la seguridad en Afganistán.
Los talibanes afganos son, con diferencia, el movimiento militante más fuerte del país, con unos 40.000 combatientes enrolados en sus filas, pero su posición dominante está siendo desafiada por el Estado Islámico, que ve a este país como un campo de reclutamiento, una fuente de ingresos y un punto de apoyo para una mayor expansión en Asia Central, ha informado el jefe del Departamento Central de Inteligencia del Estado Mayor ruso, Ígor Sergún.