Menos de un tercio de los ingresos del EI proviene del petróelo y, sin embargo, casi la mitad de confiscaciones a los habitantes del territorio ocupado. Son algunos de los datos sobre las fuentes de ingresos y gastos del grupo terrorista en la provincia siria oriental de Deir ez Zor que han sido publicados y analizados por el investigador Aymenn Jawad al-Tamimi.
Se trata de un territorio cuya mayor parte está controlada por el Estado Islámico desde julio de 2014 y donde ha logrado establecer algo que se asemeja a un gobierno. Las cifras filtradas abarcan el período del 22 de diciembre de 2014 al 22 de enero de 2015.
Un dato curioso es que, durante ese período de tiempo, solo una parte limitada de los ingresos del EI (un 27,7%) provino de las ventas de petróleo. Según Al-Tamimi, es especialmente interesante porque Deir ez Zor tiene las "mejores explotaciones de petróleo en Siria".
En lugar de ello, la gran mayoría de sus ingresos, según el documento, proviene de los impuestos (un 23,7%) y las "confiscaciones" (un 44,7%), es decir, de la incautación de dinero y la propiedad de personas que viven en el territorio ocupado.
"Más de dos tercios de los ingresos [del EI] se deben a la extorsión", concluye al respecto el activista Aymenn Jawad al-Tamimi, citado por el portal Vox.
El periodista de este portal Zack Beauchamp apunta a que la dependencia del EI de la extorsión "no es sostenible", y no solo por el riesgo de un levantamiento, sino también porque solo podrán robar a los sirios e iraquíes durante un tiempo limitado, hasta que literalmente no tengan más que poder llevarse.
Aunque también es cierto que, de alguna forma, esta circunstancia también es una fortaleza para el EI, sostiene el periodista, ya que se pueden bombardear pozos de petróleo, pero no las redes de extorsión.
Por su parte, Al-Tamimi señala en su artículo que "los ingresos más importantes del EI dependen de la existencia continua de su estructura burocrática dentro de los territorios bajo su control, y hay poco que uno pueda hacer para interrumpirlo, a menos que se destruya esa estructura militar".
Al-Tamimi examinó también el gasto del Estado Islámico en Deir ez Zor durante un mes, y descubrió que casi la totalidad de los gastos de los terroristas va a su aparato de seguridad: el salario de los soldados, la policía y las bases militares.