"La gran parte de fragmentos separados de los cuerpos puede indicar que una fuerte explosión ocurrió a bordo antes del choque con la tierra", ha expresado un médico forense egipcio que ha participado en la inspección, ha informado Ria Novosti.
Asimismo, la fuente ha señalado que, dado el estado en el que se encuentra la mayoría de los cuerpos, para su identificación puede ser necesario un análisis de ADN.
Anteriormente se informó que un satélite infrarrojo estadounidense detectó una explosión térmica sobre el Sinaí en el momento en que se cayó el avión ruso, la cual podría haberse producido por un estallido en un depósito de combustible o en el motor, como consecuencia de un fallo mecánico, pero también podría haberse tratado de una bomba.
El avión A321 de la compañía aérea Metrojet, que realizaba el vuelo 9268 de Sharm el Sheij a San Petersburgo, se estrelló el 31 de octubre en el norte de la península egipcia del Sinaí menos de media hora después del despegue. La tragedia se cobró la vida de los 217 pasajeros y los 7 miembros de la tripulación.