En los últimos meses, los gobiernos europeos han implementado diversas medidas para protegerse de la amenaza contra la seguridad nacional: unos levantando cercas de alambre de púas para detener el flujo de migrantes, mientras que otros, entre ellos Francia, invertía millones de euros para reforzar los sistemas de vigilancia electrónica, informa el diario 'The Wall Street Journal'.
Sin embargo, "los atentados en París ponen de relieve la ineficacia de estas estrategias en un mundo donde el extremismo internacional se extiende a través de las naciones. También plantea interrogantes a los acuerdos internacionales sobre fronteras abiertas que ha sido la piedra angular de Europa. En sus primeras declaraciones a la nación después de los ataques, el presidente francés, Francois Hollande, anunció el cierre de las fronteras de su país", señala el periódico.
Las autoridades galas no señalaron inmediatamente a un culpable, pero la naturaleza de los ataques dejó pocas dudas de que fueron obra de grupos terroristas bien organizados. Estos acontecimientos podrían llevar la guerra contra el terrorismo a un nuevo nivel, en el que Occidente se vería obligado a iniciar "una intervención militar en Siria".
La OTAN formalmente no está bombardeando las posiciones del Estado Islámico en territorio sirio, pero algunos miembros de la Alianza sí forman parte de la coalición internacional liderada por EE.UU. en la lucha contra el terrorismo. Los ataques de este viernes en la capital francesa pueden empujar a la OTAN a centrarse en el Estado Islámico, con Siria como principal amenaza para Occidente, insinúa el diario norteamericano.