"Hoy a Sebastopol, el lugar de su estacionamiento permanente, han llegado las corbetas lanzamisiles Sérpujov y Zeliony Dol. Estas naves en vísperas habían terminado con éxito sus pruebas nacionales en Novorossiisk [base rusa en el mar Negro] y han llegado a la base principal de la Flota", dice el comunicado de la Armada rusa citado por TASS.
Próximamente ambos buques se incorporarán a la unidad de corbetas lanzamisiles de la Flota del Mar Negro rusa, una de las cuatro flotas del país.
Aunque de muy poco desplazamiento, cerca de 1.000 toneladas, ambos buques pertenecen a la clase Buyán-M, proyecto 2163.1, que acaba de asombrar a analistas militares internacionales por su potencial de ataque.
La potencia de los misiles de crucero de gran alcance rusos, lanzados por los sistemas Kalibr-N contra los terroristas del Estado Islámico a más de 1.500 kilómetros de distancia, desde el mar Caspio, coloca a estas naves al mismo nivel que las grandes fragatas en cuanto a potencial de ataque gracias un arsenal de misiles de crucero de gran alcance 3M-14T a bordo.
"Los ocho misiles Kalibr del Buyán-M ofrecen un golpe de largo alcance más potente que las fragatas de la clase Oliver Hazard Perry, ahora retiradas del servicio de la Armada de EE.UU. y, desde luego disponen de mucho más poder de fuego que cualquiera de las versiones de los buques de combate litoral (LCS), actualmente en servicio", afirmó en octubre Dave Mujamdar, el analista militar de la revista estadounidense 'The National Interest' tras el sensacional ataque a objetivos del Estado Islámico en Siria.