Rusia sabe que varios funcionarios turcos están interesados en comprar crudo del Estado Islámico
"Es un sinsentido. Las acciones criminales de las autoridades turcas que derribaron el avión ruso han tenido tres consecuencias. En primer lugar, un peligroso empeoramiento de las relaciones entre Rusia y la OTAN que no puede ser justificado por ningún interés, ni siquiera la defensa de las fronteras estatales. En segundo lugar, con sus acciones Turquía ha demostrado realmente que protege a los militantes del Estado Islámico. Eso no es algo sorprendente, dada la información disponible sobre los intereses económicos directos que algunos funcionarios turcos tienen en el suministro de productos derivados del petróleo producidos en empresas pertenecientes al EI. Y en tercer lugar, ha socavado las antiguas relaciones de buena vecindad entre Rusia y Turquía, en particular en la esfera económica y la humanitaria, y será difícil reparar los daños. Su consecuencia directa puede ser el rechazo de una serie de importantes proyectos conjuntos y que empresas turcas pierdan sus posiciones en el mercado ruso", dijo Dmitri Medvédev en Ekaterinburgo, según RIA Novosti.
El 24 de noviembre el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó los informes de que un bombardero táctico Su-24 perteneciente a la Fuerza Aérea rusa se había estrellado en Siria, cerca de la frontera con Turquía. Según el Ministerio, el avión siniestrado volaba exclusivamente sobre el territorio de Siria y no violó la frontera con Turquía, tal como señalan medios objetivos de control. De momento, tras varios informes sobre el éxito de los ataques rusos contra posiciones e instalaciones terroristas en Siria, esta es la única baja de la Fuerza Aeroespacial rusa en su operativo antiterrorista contra Estado Islámico.