Luego de que se expandiera la noticia de que la Fuerza Aérea turca había derribado un bombardero ruso, Turquía convocó una reunión de emergencia de la OTAN, alegando que Rusia violó su espacio aéreo. Erdogan estaba asustado porque temía la ira de Moscú, asegura el periodista Finian Cunningham en un artículo publicado en RT en inglés.
Pero sospechosamente, Turquía no se puso en contacto con Rusia para aclarar el 'desafortunado' siniestro, que hubiera sido lo lógico ante un grave incidente como este. La parte turca alegaba que no conocía la nacionalidad del avión derribado, pero al parecer, Ankara sabía muy bien que estaba cometiendo un acto siniestro, sostiene Cunningham.
Según el periodista, el hecho de salir corriendo a la OTAN sugiere que los turcos eran conscientes desde el principio que estaban realizado un acto ilícito contra Rusia, por lo que buscaban apresuradamente protección de la alianza militar encabezada por EE.UU.
"Hasta un día después del incidente, el Gobierno turco decía tímidamente que no deseaba una escalada de la tensión con su amigo Moscú. Sin embargo, 24 horas después Erdogan ya hacía declaraciones con un tono totalmente diferente, diciendo que Turquía no se disculpará ante Rusia por haber derribado su avión. Al contrario, adoptó una posición desafiante y dio a entender que es Moscú la que debería disculparse por supuestamente haber violado su espacio aéreo, a pesar de que las pruebas indican lo contrario".
El repentino cambio de actitud de la noche a la mañana
Para Cunningham, Erdogan recibió una llamada de algún lugar instándole a tomar una posición agresiva hacia Rusia. Ankara habría realizado una emboscada a sangre fría contra el Su-24 ruso, y esta operación se habría llevado a cabo con la complicidad de EE.UU., que opera una base de la OTAN en la provincia turca de Hatay, fronteriza con Siria, precisamente donde ocurrió el incidente.
"Washington aprobó la emboscada sabiendo que la tensión geopolítica resultante del siniestro echaría por tierra la iniciativa de Francia, que pretende crear una amplia coalición contra el Estado Islámico en la que también participaría Rusia", asegura el reportero.
De hecho, EE.UU. "está rotundamente en contra" de tal coalición, debido a que el EI y otras organizaciones yihadistas son una "creación encubierta de Washington y países como Turquía", con el objetivo de derrocar al presidente sirio Bashar al Assad, finalizó.