El periódico británico 'The Financial Times' ofrece cuatro escenarios básicos que podrían ocurrir en Europa, si un día el acuerdo Schengen colapsa.
Salida de Grecia
Desde Grecia se dirige un flujo incontrolado de refugiados hacia otros países europeos, lo que se convierte en un "dolor de cabeza" para otros. De acuerdo con 'The Financial Times', ese es uno de los principales factores del posible colapso del acuerdo Schengen. Así, unos países consideran el escenario de que Grecia podría ser excluido de la UE por las razones de "violaciones sistemáticas" de los controles fronterizos, uno de los propósitos del código de fronteras Schengen.
La restauración de fronteras
Todo el territorio de la zona Schengen está sembrado de muros y alambradas. Hungría y Serbia, Eslovenia y Croacia, Austria y Eslovenia, y otros. Además, algunos países están considerando la opción de cerrar completamente las fronteras entre los Estados, especialmente tras los atentados terroristas de París. Aunque la Unión Europea afirma que las restricciones fronterizas aplicadas son provisionales, es obvio que sería bastante difícil revertir el proceso.
Campos de refugiados
Mientras tanto, a medida que se alzan las barreras, aumenta la necesidad de espacio: ¿Dónde se puede alojar a todos los refugiados? 'La Jungla' en Francia, Passau en Alemania, Spielfeld en Austria, Sentilj en Eslovenia... El número de los campos de refugiados a lo largo de las fronteras de los países europeos solo crece, según el periódico. Además, contener a las personas dentro de los campos requeriría emplear alambre de púas, el uso de la fuerza y cohibición, lo que de nuevo contradice a los principios europeos.
Minizonas sin controles fronterizos
Pero si Grecia es el "talón de Aquiles" de la zona Schengen, Alemania podría convertirse en "un remedio que prohibiría la desintegración de la UE". A pesar del aumento de la presión en el país, la canciller Angela Merkel rechazó la idea de cerrar las fronteras y se opone al uso de la fuerza militar contra los refugiados. Sin embargo, la instalación de los controles fronterizos sería muy cara y no habría suficientes medios para ponerlos en marcha. Por lo tanto, según algunos analistas, aumentaría el número de las fronteras cerradas, y aparecerían entonces minizonas sin controles fronterizos, como el Benelux o la Zona Norte. Tal ruptura podría marcar una "peligrosa pérdida colectiva de confianza".