Más de 350.000 personas han cruzado el Mediterráneo hacia Europa en lo que va del año. Más de 2.600 han muerto durante esa travesía. Un pasado horrible y un futuro incierto. Un sinfín de sueños rotos.
¿Quiénes son y de qué huyen estas personas que arriesgan la vida para llegar al Viejo Continente? ¿Qué buscan en Europa y con qué realidad se encuentran allí? ¿Quién tiene la culpa de sus desgracias y de dónde pueden esperar ayuda?
La Unión Europea se enfrenta a la que ya ha sido calificada como la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial. Pero más allá de todas las palabras y denominaciones, se trata de una de las peores tragedias humanas de la historia.
Números trágicos
El número de refugiados e inmigrantes que han cruzado el mar Mediterráneo para llegar a Europa ha sobrepasado las 350.000 personas este año frente a las 219.000 de todo 2014.
Según la agencia de refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), la situación en Grecia e Italia ha incrementado notablemente las cifras, ya que en estos países se han contabilizado casi 200.000 y 110.000 entradas, respectivamente.
En el trayecto han muerto más de 2.500 personas y esta cantidad no incluye a otras 200 que se teme se hayan ahogado a finales de agosto cerca de las costas de Libia. En 2014 se registraron 3.500 muertos, según informó Europa Press.
Los peligros de la ruta marítima a través del Mediterráneo se reflejan en el aumento de personas fallecidas. La Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) ha salvado decenas de miles de vidas este año, pero los países de la Unión Europea deberán actuar en conjunto para hacer frente a los problemas que, según ACNUR, se podrían solucionar con la toma de decisiones correctas.
¿Quiénes son, de dónde vienen y a dónde van?
¿Quiénes son estos miles de personas que están llegando cada día a Europa desde Oriente Próximo y África?
Según la definición de las Naciones Unidas, el refugiado es "la persona que, por temor justificado de ser perseguida por su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social concreto u opinión política, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, debido a ese temor, no quiere aprovechar la protección que le ofrece dicho país".
En su mayoría, se trata de las personas que intentan entrar en territorio de la Unión Europea para pedir asilo, huyendo de países devastados por conflictos, del Estado Islámico o del hambre.
Entre las regiones que presentan mayor número de solicitudes de asilo, Siria está a la cabeza (200.000), seguida de Kosovo (101.000) y Afganistán (82.000).
En cuanto a los países receptores, cuatro de cada diez peticiones de asilo son tramitadas en Alemania, con más de 170.000 solicitantes; mientras que casi dos de cada diez, son presentadas en Hungría (67.000 solicitudes). En total, ambos países suman más de la mitad de las solicitudes de asilo, de acuerdo con los datos de Eurostat que recoge el mapa interactivo elaborado por el periodista Raúl Sánchez.
Pese a que Bulgaria no está tan expuesta a la afluencia de inmigrantes como Alemania y Hungría, es el país con mayor porcentaje de concesiones de asilo de toda Europa (92%); mientras que en los dos países antes mencionados los porcentajes son de un 43% y un 10%, respectivamente.
Según explica el semanario 'The Economist', los inmigrantes "están ajustando sus rutas".
Así, el "gran cambio" de este año es el número de personas que entran en Grecia a través de los "saltos marítimos de corta distancia desde Turquía".
Los sirios, por su parte, están abandonando la ruta italiana debido al caos en Libia y los peligros del mar.
Sin embargo, muchas veces los inmigrantes que han sobrevivido a "la barbarie del Estado islámico o los caprichos del Estado policial de Eritrea se encuentran con los gases lacrimógenos de la Policía macedonia o evadiendo las garras de los guardias de seguridad franceses", lamenta 'The Economist'.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) también ha elaborado varias infografías en las que aparecen reflejadas las rutas de los inmigrantes y de qué países intentan escapar.
La mayor parte de los inmigrantes que cruzan el mar Mediterráneo para llegar a Europa proceden de Siria (50%), Afganistán (13%) y Eritrea (8%). Según el mapa de ACNUR, Grecia está acogiendo el mayor número de llegadas por mar con más de 250.000 de personas en lo que va de año.
En comparación con Italia y Grecia, la organización constata que mucho menos refugiados intentan entrar en territorio español, con 1.953 llegadas desde Marruecos en 2015.
La mayoría de los refugiados son hombres, que suman el 72% de los que cruzan el mar en busca de una vida mejor, mientras que el 15% son niños y el 13% mujeres, según ACNUR.
¿Y los vecinos árabes?
Mientras tanto, llama la atención que los países árabes de la región se muestren reacios a aceptar refugiados. Sus gobiernos no han ofrecido ningún tipo de asilo.
Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Baréin, Kuwait y Catar son los países que se mantienen al margen de la política de asilo acordada en 1951 en la Convención de Refugiados, así que, según señala el blog Guerra Eterna, "no debe extrañar que, con la crisis actual, no hayan recibido a refugiados".
Sin embargo, Turquía, Arabia Saudita y Catar son tres de los países que más apoyo brindaron a los insurgentes sirios. Según datos del Financial Times, el año pasado Catar aportó 3.000 millones de dólares... pero no para ayudar a la población, sino para terminar con el Gobierno de Bashar al Assad.
Los ciudadanos sirios que lograron instalarse en las naciones del Golfo Pérsico es porque fueron considerados "refugiados cinco estrellas", ya que gozan de dinero y contactos que les permitieron obtener visados temporales. Este es el tipo de refugiado que los países de la región están dispuestos a aceptar.
Mientras tanto, la mayoría de los extranjeros que viven en esos lugares trabajan en los empleos que los locales no quieren realizar, carecen de todo derecho laboral y no tendrán la oportunidad de conseguir la ciudadanía. Son víctimas, señala el portal, "de una desconfianza y una xenofobia política o religiosa muy extendida en la región".
Aunque ACNUR sólo tenga registrados 417 refugiados en Emiratos Árabes Unidos y 561 en Arabia Saudita, sus aportes al fondo de ayuda a los refugiados sirios organizado por las Naciones Unidas es millonario. Hasta el 8 de septiembre, Kuwait donó 304 millones de dólares; EAU 29,9 y Arabia Saudita 18,3; cifras muy superiores a las de países europeos como España, que aportó 4,3 millones de dólares.
Todos estos países están dispuestos a aportar dinero en cantidad, pero no a dar asilo a los civiles que huyen de Siria espantados por una guerra que las mismas naciones del Golfo se encargan de financiar, concluye el portal.
Inmigrantes o refugiados
A menudo se produce una confusión entre dos grupos de las personas desplazadas: los inmigrantes y los refugiados.
En el lenguaje oficial de la ONU existe hasta una comparación oficialmente aprobada: "Los migrantes, en particular los económicos, eligen desplazarse para buscar mejores perspectivas para ellos y para sus familias. En cambio, los refugiados se ven obligados a desplazarse si quieren salvar su vida y preservar su libertad. No obtienen protección por parte de sus Estados, y a menudo es su propio Gobierno el que amenaza con perseguirlos", explica el organismo.
La diferencia parece bastante clara, pero deja varias incógnitas. ¿Quién va a juzgar si el temor es justificado o no? Si se trata de una persona, puede hacerlo una corte con ayuda de un perito psicólogo, pero se trata de decenas de miles de personas.
Quienes han atravesado en los últimos meses las fronteras de la Unión Europea no esconden que buscan mejores perspectivas para sí mismos y sus hijos y que tienen preferencias sobre en qué país quisieran vivir: algo muy propio de la migración voluntaria. Además, viajan familias enteras, como se aprecia en recientes reportajes de Hungría.
Todo eso hace que las propias autoridades europeas confundan las categorías de inmigrante y refugiado.
Cuando la Policía húngara confundió dos grupos al destinarlos a todos a un campamento de refugiados, se produjeron protestas en varias estaciones de ferrocarril. "Queremos a Alemania", respondieron a gritos y con unos cartelitos improvisados los pasajeros de tránsito desalojados de varios trenes.
Europa, entre el pánico y la pasividad
Ante la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, Europa reconoce la importancia del problema, pero de momento se muestra incapaz de resolverlo.
Este 9 de septiembre, la Comisión Europea ha presentado su plan para distribuir a 120.000 refugiados llegados a través de Italia, Grecia y Hungría entre los 28 Estados miembros.
Según el documento publicado en la web oficial de la Comisión Europea, Alemania debe acoger el mayor número de solicitantes de asilo (31.443 refugiados) y Malta, el menor (133).
Después de Alemania, entre los países con las cuotas más altas se encuentran Francia (24.031 refugiados), España (14.931), Polonia (9.287) y Países Bajos (7.214). A su vez, Austria, Bélgica, Portugal y Suecia deberían aceptar más de 3.000 refugiados cada uno, mientras que Bulgaria, Croacia, República Checa, Finlandia y Eslovaquia, más de 1.000.
Según la propuesta, los Estados miembros recibirán una ayuda de 6.000 euros por cada refugiado que acojan, mientras que los países que se nieguen a participar deberán justificarlo y podrían ser sancionados.
La iniciativa llega en medio de las críticas a la Unión Europea por su manera de afrontar la crisis migratoria. Y es que, en vez de tomar medidas más eficaces e inmediatas, los países europeos construyen muros para protegerse del flujo migratorio y algunos contemplan incluso recurrir a las Fuerzas Armadas para frenar la llegada de inmigrantes, como en el caso de Austria y Hungría.
De hecho, Hungría, uno de los países que hace frente al mayor número de inmigrantes, ha decidido levantar un muro de cuatro metros de altura y 175 kilómetros de longitud para no permitir la entrada de los solicitantes de asilo. A principios de julio, un proyecto de ley que prevé la construcción del muro en la frontera con Serbia fue aprobado en el Parlamento húngaro.
El proyecto de ley también establece normas más estrictas en el proceso de solicitud de asilo que permitirán a las autoridades mantener a los migrantes en campamentos, reducir el tiempo de revisión de sus solicitudes y limitar sus posibilidades de apelación.
Macedonia declaró el pasado 20 de agosto el estado de emergencia ante la oleada de migrantes. El Gobierno ordenó a la Policía y al Ejército que patrullara las regiones fronterizas del país a fin de detener el flujo, registrándose algunos enfrentamientos en los que Policía usó gases lacrimógenos.
Y en Alemania, la llegada masiva de inmigrantes ha dividido a la opinión pública, registrándose manifestaciones tanto a favor como en contra de la acogida de refugiados en distintas partes del país.
Más allá de las controvertidas medidas tomadas por los Gobiernos europeos, Federica Mogherini, la alta representante de la diplomacia de Bruselas, ha sugerido comenzar a capturar y destruir los buques que transportan ilegalmente a los inmigrantes a través del mar Mediterráneo.
Asediada por las críticas...
La Unión Europea es criticada por muchos políticos, expertos y activistas principalmente por dos razones: por haber contribuido al inicio de la crisis, ya que no pensó en las posibles consecuencias de apoyar la guerra civil en Siria, y por su incapacidad de afrontarla.
En relación con el primer punto, incluso algunos funcionarios europeos, como el ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajcak, apuntan que, al ayudar a los rebeldes sirios, los países europeos están creando con sus propias manos las bases para la afluencia de refugiados al Viejo Continente.
"La Unión Europea participa activamente en los acontecimientos en Siria", señaló Lajcak tras una reunión del Gobierno para discutir las formas de resolver la crisis migratoria, según lo cita TASS.
"Hay países que suministran armas y entrenan a la oposición siria", explicó.
"El flujo migratorio que se ha registrado en estos años se debe, entre otras razones, a las guerras en las que Europa está participando como cómplice de Estados Unidos y de Israel en Oriente Próximo", opina a su vez el analista internacional Juan Luis González Pérez. Según este, la llegada de inmigrantes es una especie de "venganza" por esta participación europea.
El vicecanciller de Alemania, Sigmar Gabriel, criticó "las escandalosas relaciones con los refugiados" de la Unión Europea y tachó de "vergüenza" el hecho de que Bruselas no encuentre una política de asilo para los refugiados. "Solo si la Unión Europea encuentra una política de apoyo mutuo y común podría tener éxito y mantener abiertas las fronteras de la comunidad a largo plazo", dijo el vicecanciller, según 'T-Online'.
A su vez, el periodista Christoph Schiltz sostiene en un artículo para el periódico alemán 'Die Welt' que la Unión Europea es un "club de egoístas" que no será capaz de llegar al acuerdo necesario para resolver la crisis migratoria.
"La crisis migratoria en Europa ha demostrado claramente lo que era evidente desde el momento de la ampliación de la Unión Europea en 2007: que la Unión Europea se está convirtiendo cada vez más en un club de egoístas", escribe Schiltz, agregando que el "mecanismo europeo para la búsqueda de consenso no puede funcionar infinitamente".
...que llegan por todos los medios
Además de las críticas verbales, los activistas están mostrando su rechazo por todos los medios posibles.
Así, humoristas gráficos y caricaturistas de todo el mundo han reflejado la tragedia en sus viñetas cargadas de solidaridad. "Se ruega a los inmigrantes que se ahoguen en sus costas", reza una de las mordaces caricaturas que cargan contra la Unión Europoea y sus medidas cada vez más restrictivas.
Otra manera inusual de mostrar al público la tragedia de los refugiados y llamar a la comunidad a implementar medidas más inmediatas y eficaces para resolver la crisis fue encontrada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, que ha publicado un emotivo vídeo que representa el reparto de refugiados por los miembros de la Unión Europea como una "subasta" de personas. "No permitas que la Europa de los valores se hunda en el Mediterráneo", clama el lema del proyecto y del vídeo, titulado '¿Quién da menos? La subasta de refugiados de la Unión Europea'.
El vídeo advierte que hoy en día el número de personas que se han visto obligadas a huir de la violencia alcanza los 60 millones. "El Mediterráneo se ha convertido en una gigantesca fosa común", denuncia el proyecto, añadiendo que en los últimos 15 años en este mar han muerto más de 25.000 personas y "cada año la tragedia se cobra más víctimas".
"Mientras, los líderes europeos miran hacia otro lado poniendo en marcha medidas insuficientes y regatean en el número de refugiados a los que dar acogida", denuncia la organización humanitaria, insistiendo en que es necesario poner fin a las miles de muertes que ocurren "ante la pasividad de las autoridades europeas". "¿Cuántas personas más tienen que perder su vida para que la Unión Europea y sus Estados aborden este problema de forma humana y eficaz?", se preguntan.
Gotas de compasión en un mar de indiferencia
En medio de la impotencia y la falta de solidaridad de las autoridades europeas ante la tragedia de los refugiados, destacan las personas que, lejos de quedarse con los brazos cruzados, hacen lo que está en su mano para salvar aunque sea solo una vida humana.
Así, el millonario estadounidense Christopher Catrambone con su esposa e hija viven durante todo el verano en su barco en el mar Mediterráneo y salvan la vida a inmigrantes que tratan de alcanzar la costa europea.
Todo en empezó en 2013, cuando el hombre, que había hecho una fortuna después de perder su casa en 2005 por el huracán Katrina, navegaba con su familia en un lujoso yate cerca de la isla italiana de Lampedusa, en el Mediterráneo. Su mujer, Regina, divisó una chaqueta que flotaba en el agua y preguntó al capitán del yate alquilado qué era. "La chaqueta de un inmigrante que no logró alcanzar la costa", le respondió.
"Decidimos que no podíamos ser indiferentes a esta situación. Todos estaban muriendo en el mar", recuerda la mujer. Catrambone decidió invertir más de cinco millones de dólares y lanzó su propia estación de rescate, Migrant Offshore Aid Station (MOAS), un barco equipado con drones que permiten detectar un buque en peligro y facilitar las coordenadas de manera más rápida. Desde agosto de 2014 la tripulación ha salvado la vida de más de 10.000 refugiados.
"Qué patético es que una familia motivada sea capaz de cambiar algo y todas estas entidades [organismos gubernamentales], no", dice Christopher. "Debemos ser humanos, debemos compartir la humanidad con nuestros hermanos y hermanas, y no quedarnos en nuestro hermoso mundo imaginario", añade su esposa.
Por su parte, el magnate egipcio de las telecomunicaciones Naguib Sawiris, uno de los hombres más ricos del mundo, ha anunciado su intención de comprar una isla de Grecia o Italia con el fin de acoger a los miles de refugiados que huyen de los conflictos en Oriente Próximo y África e intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a la Unión Europea poniendo en riesgo sus vidas.
El multimillonario reconoce, sin embargo, que son numerosos los desafíos que se encontraría para hacer realidad su idea, pero al menos los refugiados en su isla serían tratados como "humanos (...) y no como ganado, como están siendo tratados" ahora en los países europeos, señaló.
En otro ejemplo de solidaridad, el primer ministro de Finlandia, Juha Sipila, se ha mostrado dispuesto a alojar a un grupo de refugiados procedentes de Oriente Próximo en su casa en el municipio de Kempele, en el norte del país, con el fin de inspirar a sus compatriotas a ayudar a las personas que han tenido que abandonar su país.
"Espero que esto sea una especie de movimiento popular que inspire a muchos a arrimar el hombro para solucionar la crisis de alojamiento de los refugiados", declaró el político. "Lo que necesitamos ahora son ejemplos de compasión".
Pero no solo son los políticos y los millonarios los que quieren e intentan ayudar.
En España se están organizando varias campañas de apoyo a los refugiados y cada vez hay más ciudadanos dispuestos a acogerlos en sus hogares.
Los vecinos contactan también con sus concejales, con los servicios de atención al ciudadano y ofrecen toda la ayuda material que pueden: habitaciones, pisos vacíos, ropa, comida, calzado, productos de aseo, dinero. También piden información por teléfono, en las páginas web oficiales de los ayuntamientos y en las cuentas particulares de los políticos.
Y en Islandia, diez mil ciudadanos se han ofrecido a acoger a refugiados sirios en sus casas en el marco de una campaña lanzada en Facebook por la conocida escritora Bryndis Bjorgvinsdottir.
"La gente está harta de ver noticias sobre personas que mueren en el Mediterráneo y en los campos de refugiados y quieren que se haga algo ahora", señaló Bjorgvinsdottir al canal islandés RUV.
¿Qué riesgos conlleva el flujo de inmigrantes?
Por otro lado, muchos políticos y ciudadanos europeos indican que, aunque se trata de un tema importante que debe ser resuelto, hay que tener en cuenta los riesgos y desafíos que conlleva el enorme flujo migratorio hacia Europa.
El motivo de preocupación más obvio son los problemas culturales y la carga económica que supone el número cada vez mayor de refugiados que llega a Europa de otras regiones.
Y muchos Gobiernos tienen la cabeza ocupada con otras cosas.
Un ejemplo de ello es Grecia, cuyas fronteras marítimas han cruzado al menos 124.000 de personas en los primeros siete meses de 2015, y que ha pedido ayuda a los países de la Unión Europea para afrontar la crisis migratoria. "Este problema está más allá de las capacidades de Grecia, que está en crisis económica, y al mismo tiempo está viviendo una crisis humanitaria", dijo a principios de agosto el entonces primer ministro Alexis Tsipras.
A menudo, a los europeos les indigna el comportamiento de los refugiados que llegan a sus países. En su mayoría se trata de hombres menores de 30 años, con frecuencia con dinero, seguros de sí mismos e incluso arrogantes.
"Todas estas personas parecen muy seguras de sí mismas", cuenta en un reportaje especial la corresponsal del diario ruso 'Komsomólskaya Pravda' Daria Aslámova.
"Estos refugiados me impresionaron por su bienestar externo y su capacidad de establecer rápidamente sus propias reglas", relata.
Además, según la periodista, a muchos europeos les preocupa no saber nada sobre las posibles enfermedades de los recién llegados y también la falta de la infraestructura necesaria para afrontar este flujo de inmigrantes.
Otro tipo de riesgos de los que advierten los expertos tienen que ver con cuestiones de seguridad. Así, una de las amenazas que más preocupan a las autoridades y a los ciudadanos europeos es la posibilidad de la llegada de terroristas camuflados de refugiados.
Algunas fuentes incluso han hablado de miles de extremistas que han obtenido acceso a Europa junto con quienes huyen de la guerra. En concreto, el periódico británico 'Sunday Express', citando a una fuente en la organización terrorista Estado Islámico, aseguró que más de 4.000 yihadistas ya han entrado en la Unión Europea haciéndose pasar por refugiados.
Esta posibilidad ha sido comentada incluso por altos funcionarios europeos. El ministro de Justicia de España, Rafael Catalá, ha declarado este miércoles que no considera "descabellado" que la organización terrorista quiera infiltrar a sus miembros entre los refugiados.
"Europa tiene que dar solución a la crisis, pero no podemos olvidarnos de dónde viene el problema, que es del conflicto bélico provocado por el Ejército Islámico. La Unión Europea va a resolver el problema coyuntural, pero no me parece descabellada la idea de que controlemos los flujos por si el DAESH [Estado Islámico] puede introducir a gente entre los refugiados", ha declarado el político español, citado por Europa Press.
¿Y qué beneficios pueden traer?
Por otro lado, varios estudios muestran que los refugiados traen más beneficios que pérdidas, al menos desde un punto de vista económico. Otras ventajas de su admisión pueden ser demográficas.
Así, un comentario del rotativo de negocios ruso Vzgliad destaca dos enfoques opuestos hacia el problema: el alemán y el británico.
Mientras que la opinión pública del Reino Unido no deja al gobierno aceptar a los refugiados, Alemania, al parecer, es muy consciente de que los migrantes no son sinónimo de gastos, señala el texto.
En primer lugar, explica, el flujo de migrantes resuelve el problema demográfico.
En ese sentido, en 2012 la mortalidad en el país superó a la natalidad en 200.000 personas. Además, el gobierno alemán informó la semana pasada que cada euro gastado en formación de los trabajadores es una inversión con el fin de evitar la escasez de mano de obra calificada. De lo contrario, habrá que gastar mucho más para sostener a los desempleados, argumentó.
Según la publicación, muchos estudios muestran que los migrantes no solo resuelven el problema del envejecimiento de la población europea, sino que "en la mayoría de los países ellos pagan más impuestos y cotizaciones sociales de los que reciben" del Estado. Tal es la conclusión de un reciente informe del Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico.
Los distintos modelos de estudios han demostrado que los ingresos de los inmigrantes en el Reino Unidos superan, al menos en 1,21 veces los gatos del gobierno británico para ellos. Una razón de esta 'rentabilidad' es que los migrantes reciben menos beneficios que los nativos. Además de ello, en su mayoría son personas jóvenes y sanas, por lo cual reciben menos pensiones y se enferman menos que los habitantes nativos del país.
El futuro de la Unión Europea, amenazado por la crisis
La gran crisis migratoria, sumada a las dificultades económicas, la situación de Grecia y otros problemas, hace que los expertos sean bastante pesimistas en sus pronósticos sobre el futuro de la Unión Europea.
Así, el columnista de 'ABC' Hermann Tertsch opina que lo que estamos viendo ahora es "un estado de emergencia que eclipsa por completo en la agenda política a las otras crisis, algunas muy graves, como la del euro, la creciente polarización norte-sur (...) y los movimientos populistas que ponen en peligro a las democracias de muchos países miembros [de la Unión Europea]".
En opinión de Tertsch, que destaca la falta de una política unitaria como principal causa de la incapacidad de la Unión Europea para manejar la crisis eficazmente, la situación actual puede resultar en el "colapso de los instrumentos de cooperación, los mecanismos de seguridad y hasta el orden público en Europa".
La propia canciller alemana, Angela Merkel, declaró durante una entrevista a un canal de televisión local que el problema de los refugiados ocupará a Berlín más que la crisis griega y la inestabilidad del euro.
"En la próxima década el Viejo Mundo estará preocupado por tres problemas: las guerras, las revoluciones y los migrantes. Y todos son provocados por la inestabilidad de Oriente Próximo", vaticina a su vez el historiador y especialista en relaciones internacionales ruso Sarkis Tsaturián.
Al mismo tiempo, destacados economistas alemanes coinciden en que La Unión Europea ha llegado a una situación crítica debido a las fallidas políticas adoptadas por Bruselas, mientras que la crisis migratoria ha agravado la situación del bloque y amenaza con causar su desintegración.
"Europa ha dejado de ser una alianza política y se sostiene únicamente en intereses económicos neoliberales, y no quiere admitir que sus políticas para el proyecto que pretendía conectar personas, ser de paz, progreso social, democracia y los tan cacareados 'valores europeos' han fracasado", afirmó el economista Reinhard Crusius en una entrevista con el diario 'Deutsche Wirtschafts Nachrichten'.
"La crisis de los refugiados solo demuestra que el enfoque neoliberal unilateral, centrado en la 'competitividad' y una política sin sentido para salvar el euro está destruyendo la unidad de los pueblos de Europa", sentenció el experto.
Sea como fuera, hay una cosa que debería preocuparnos más que el futuro de la unión: y es el futuro de miles de personas que huyen de la muerte para encontrarse con el muro de la indiferencia y el rechazo.
En la elaboración de este artículo se han utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters.
Redactado por María Lekant
Diseño de Iván Sérbinov